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Jay

Ya era de mañana y no tenía ni una pizca de ánimos para levantarme. Won movía mi hombro para que despertase pero no había caso. Cuando ya me había resignado a no ir, me llegó un vaso de agua en la cara. Me senté de inmediato buscando al responsable. Jungwon me estaba sonriendo con el vaso vacío entre sus manos, arrodillado a los pies de la cama. Fruncí el ceño.

—Te las vas a ver Yang Jungwon— me paré de la cama—. Ven aquí— lo tomé por la cintura y lo boté encima de las cobijas— Nunca me despiertes de esa manera― deslicé mis dedos por debajo de su polera y comencé a hacerle cosquillas. Su risa me encantaba cada vez que la oía. Besé su cuello y sus labios; eran tan suaves. Me acosté y lo abracé, siempre estampando pequeños besos por todas partes. Me estaba a punto de quedar dormido otra vez cuando Nayeon habló desde abajo.

—Van a llegar tarde niños— bufé y Won se levantó y se cambió enseguida. Yo lo quedé mirando. Observaba con detenimiento cada movimiento que hacía, él era tan delicado y sutil. Su cuerpo era precioso y perfecto. Sonreí para mi.

—Jay, deja mirarme que me pones nervioso— Jungwon estaba rojo de vergüenza.

—Es que eres muy lindo—. Guiñé mi ojo y él se giró aún más avergonzado, solté una carcajada y entré a bañarme.

🖤

—Jay, mi amor—. Ryujin salió a mi encuentro cómo todos los días. Me besó bruscamente y miró a Won— ¿Por qué siempre estás con él?— me arrastró lejos— También quiero que me pases a buscar todos los días— Ryujin no tenía ni la menor idea de que yo estaba viviendo con mi "mejor amigo" así que mejor me ahorré la respuesta. Ella me observó más atentamente— ¿Quién te golpeó?

—Nadie, sólo, tuve un malentendido con el señor Yang—. giré el rostro y me dispuse volver a la sala de clases.

—Sabes Jay, quiero que te alejes te Yang Jungwon, me tienes harta. Siempre llegas lastimado por su culpa y le prestas más atención que a mi— tomó mi barbilla y me miró a lo ojos— Es él o yo— iba a excusarme cuando sonó la campana. Definitivamente amaba a esa campana.

Al finalizar las clases le dije a Won que se adelantara y fui a hablar con mi novia sobre el asunto. Al comienzo no me quería escuchar pero luego me propuso ir a mi casa para hablar mejor, y aunque me negué millones de veces terminamos yendo igual. Estaba con los nervios de punta porque corría el peligro de que se encontrara con Jungwon nariz con nariz. Al estar frente a la puerta, rogué por primera vez en la vida, que abriera Nayeon.

—Jay, hola— miró a Ryujin y levantó las cejas— Pasen.

—Gracias Naye— contesté.

—Voy a salir a comprar— se asomó a la puerta—Nos vemos— salió a la velocidad de un rayo. Suspiré.

—Voy a buscar un jugo, espérame en el sofá—. No me contestó. Apenas desaparecí en la cocina me gritó.

—¡Iré a tu cuarto!—. Escuché que subió corriendo y yo salí a la siga. Iba a mil por hora.

Entré a mi habitación y lo que ví fue peor que una pelicula de terror. Jungwon estaba sólo con pantalones y una toalla en la cabeza y Ryujin estaba parada al frente de él muy, muy, enojada.

—Park Jong Seong, dime qué significa esto— lo dijo casi en un susurro— Por qué está este en tu pieza.

—No, no, no, no, no— agité las manos—. No es nada importante, no es nadie, ignoralo. No importa— apenas esas palabras salieron de mi boca me arrepentí. Miré a Won. Lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Tomó su polera, se sacó la toalla y se fue corriendo.

Thank u "mom"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora