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En lo más profundo de sueños oscuros, una pesadilla se torna en una realidad fatídica e indeseable... La desgracia azerí, tuvo una ensoñación escabrosa: paredes que se cubrían de rojo y figuras con grandes garras que sobresalían por debajo de la cama.

Una cruz inversa se asomaba en lo más inmerso de un pasadizo lejano y circunscrito de fuente de iluminación alguna. La sombra tétrica que se aparece debajo de dicha figura tiene cuernos y ojos rojos. Belcebú parece fraguar un plan en contra de la joven desgracia.

De las ramas de los árboles, cuelgan objetos como la Natividad; son los cadáveres de los niños y las niñas que fueron maltratados en lugar de ser amados o adorados, por aquellos que un día prometieron quererlos hasta que Azrael viniera por ellos. En las ramas de las mismas se ocultan más de ellos. Ignorancia y ego salen a bailar durante las noches de plenilunio, al son de la canción procelosa asimismo de las tinieblas perennes que cubren el valle vasto como un manto que cubre la senda lóbrega que es inexplicablemente larga e intensa.

¿Será la vida que se encarna en dicho sendero lleno de altibajos?

En la llanura reposan los ángeles de siete ojos, que contemplan desde la penumbra a los viajeros que se pierden entre los hilos del espacio y el tiempo. Los cuervos sobrevuelan los aires y una lluvia de sangre está pronta a llegar para cubrir de rojo todo. Un olor desagradable se posa e invade las fosas nasales de quienes se pasean por las vaguadas sin rumbo alguno. Aunque desde allí se podía notar al Aqueronte, cuyo cauce solo traía pena y mucho dolor.

Hay alguien que espera ser salvada de su destino, a medida que las paredes se cubren de sangre y que el Flegetonte derrama su fuego con sangre hirviendo sobre las existencias de los afectados por ella... Los damnificados se pudren, al igual que su carne o sus escrúpulos. Los nueve infiernos permanecen construidos en espera de los nuevos pecadores.

El hombre es el pecado, por lo que pecará y caerá en la ruina pero solo con Dios podrá renacer. Es así como en La creación de Adán del afamado Miguel Ángel o el hombre del Vitruvio; ideal en forma mas no en gnosis. Hay un par de seres que nunca se escapan de las pesadillas.

Un rey con alas azabaches.

Al otro le persigue algo siniestro pero a la vez benevolente, aunque eso lo hace terriblemente poderoso.

Por un eco resuena el nombre de la ambición, de manera iterativa: Hegemonía se encuentra sobre tu cabeza y siempre hay uno más grande que tú. La ambición mueve las montañas de lo desconocido, pero da un paso más hacia la destrucción final. Ni los sediciosos o lo sagaces podrán evitar un destino más horrendo que aquel que se narra al final del Gran Libro. En una ventana se puede vislumbrar el atroz acontecimiento aunque tenuemente inundado de belleza, como la Batalla de Anghiari extraviada en el tiempo, mientras que entre las palabras de Vasari resuena una frase célebre lleno de misterio y encanto:

"Cerca Trova" : El que busca encuentra.

La sombra renacentista aún empuja su influencia sobre la tierra, pero entre lo bello se oculta la pesadumbre de aquellos que no logran lo que desean. El anhelo de libertad aún yace presente y pese a cualquier circunstancia, ya fuere positiva o negativa, la historia siempre será trágica y sangrienta.

Se repite una y otra vez, como un ciclo sinfín que nunca cesará hasta que el hombre mismo sea exterminado...














































































𝓐𝓬𝓲 𝓽𝓸𝓻𝓹𝓪𝓺  ✵ 𝙰𝚣𝚎𝚛𝚋𝚊𝚒𝚢𝚊́𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora