Aún asistía al colegio cuando me tomé esa foto con mi chaqueta azul.
Me pensé lindo, me sentí yo. Me juré libre al tacto de mi chaqueta azul.Tenía dieciséis cuando subí la foto con la chaqueta azul, y los tenía también cuando un compañero comentó ese piropo malicioso en la publicación.
Estaba en la sala de clases cuando llegaron riéndose de mi chaqueta azul, y en la misma silla me encontraba cuando lloré pensando en mi chaqueta azul.
Tenía dieciséis cuando dejé de subir fotos a Internet, tenía dieciséis cuando comencé a vivir en redes sin cara y con otro nombre.
Tenía dieciséis cuando dejé de usar mi chaqueta azul.