El día estaba llegando a su fin. Los colores naranjas y amarillos caracteristicos del atardecer se filtraban por la ventana de la habitación, la calidez llenaba el espacio y mi corazón de una manera inexplicable, llevandose consigo todo rastro de tristeza sobrante.
Me sentía en paz, tener conmigo al chico más maravilloso que he conocido, sentados en el sofá, con su cabeza recostada en mi regazo. Acariciaba sus cabellos negros y brillantes mientras mantenía sus ojos cerrados disfrutando de mi tacto. Su cuerpo aún sufría de leves espasmos y sus mejillas mojadas por sus lágrimas.
Cuando Tae abrió la puerta, lo que pasó después sucedió tan rápido que no pude registrarlo hasta ahora. Un joven bañado en lágrimas aferrándose a mi camisa como si su vida dependiera de ello, buscando un soporte para mantenerse en pie, pidiendo en silencio que no lo dejara solo. No necesitaba que lo hiciera, aunque quisiera, no podría separarme de él, era demasiado tarde para eso.
No mentía cuando dije que se había vuelto mi luz, lo necesitaba cada día, en tan poco tiempo me había aferrado tanto a él que dolía, dolía cada vez que no veía su sonrisa, dolía cada vez que se encerraba en sí mismo, dolía cada vez que lloraba, dolía cada vez que no podía ayudarlo. Dolía, dolía cada maldita vez.
Taehyung es tan hermoso y puro que no se merece nada de esto. Incluso me atrevería a decir que es como un niño, con un alma tan pura y noble, incapaz de hacer daño a nadie. ¿Entonces, por qué?
¿Por qué las mejores personas son las que más sufren?
– Pequeño...
– Mis padres… –Comenzó a decir – Mis padres están muertos Jinie…y todo es mi culpa… – Rompió en llanto una vez más, mientras escondía su cara en mis piernas y aferraba sus pequeñas manos a mis pantalones.
¿Su culpa? ¿Cómo puede ser su culpa?
–Tete...no digas eso bebé... – Seguí acariciando sus cabellos con la esperanza de poder absorber aunque sea un poco de su dolor.
Tenía nuevamente ese nudo ya conocido en mi garganta. Intentaba ser fuerte para él, aunque lo que más quería era echarme a llorar por el dolor que me provocaba verle tan roto, tan pequeño, tan frágil.
Respire profundo e intenté calmarme. No podía derrumbarme, tenía que ser fuerte y más aún que Tae se está abriendo a mí y me necesitaba. Es la primera vez que él menciona algo relacionado a su pasado, a su vida y aunque me destrozara lo que Tae estaba dispuesto a decirme, me dije que iba a ser fuerte, por los dos, por él.Estaba dispuesto a ser el pilar que necesitaba, aunque eso significaba perderme a mi mismo en el proceso.
– Es mi culpa Jinie… –Apenas podía escuchar sus palabras amortiguadas. – Yo… y-yo soy diferente y por eso… por eso… –Un nuevo sollozo salió de sus labios, uno más roto que el anterior. Su voz era quebrada y transmitía claramente el inmenso sufrimiento guardado en tan pequeño cuerpo.
–Tete… – lo tomé por los hombros para lograr que se sentara, quería que me mirara a los ojos y supiera que sin importar qué, estaba ahí para él –Bebé, mírame estoy aquí contigo… –Tomé sus mejillas con mis manos y comencé a limpiar sus lagrimas – Respira bebé… estoy aquí y no me iré, no importa lo que me digas… – Le sonreí lo mejor que pude.
Tae sorbió su nariz y asintió, más lágrimas silenciosas se escapaban de sus pequeños ojos, lágrimas que continuaba limpiando con mis pulgares. No tenía intenciones de retirar mis manos de su hermoso rostro, sabía el necesitaba un soporte y yo quería serlo. Estábamos tan cerca y a la vez tan lejos.
– Mi mamá era una mujer increíble… – comenzó su relato con la mirada perdida, como si estuviera regresando a esos momentos de su vida. – Era una mujer muy amable y preparaba unos postres increíbles. Me repetía muchas veces cuánto me amaba y me llenaba de mimos cada vez que llegaba del colegio. – Sonrió aún perdido en sus pensamientos – Yo la amaba mucho Jinie y la sigo extrañando cada día desde que se fue.
Más lágrimas silenciosas resbalaban por sus suaves mejillas. Hice un gesto para que continuara.
– Mi padre era todo lo contrario. Siempre tan frío e inexpresivo. Muchas noches lo escuché pelear con mi mamá y al día siguiente ella aparecía con moretones en sus brazos y piernas. Siempre los ví, por más que se esforzara en ocultarlos. Siempre lo supe y no hice nada.
Un nuevo sollozo apareció y no pude evitar apretarlo contra mi pecho de nuevo, acaricie sus suaves cabellos y dejé un tierno beso en su coronilla. Los espasmos debido al llanto fueron disminuyendo, pero no se apartó y doy gracias por ello, necesitaba tenerlo entre mis brazos.
–Éramos una familia perfecta y feliz a la vista del mundo, pero nadie imaginaba lo que sucedía tras las puertas de mi casa. Las personas se conforman con lo que ven en el exterior. Nadie se preocupa por ver más allá de lo que muestra.
«Cuanta verdad tienen tus palabras pequeño»
– Un día… –Sentí como Tae apretaba más su agarre a mi camisa –Y-yo… yo no sabía que mi papá estaba en la casa y él… él escuchó todo… y...
– ¿Qué escuchó pequeño? – tenía miedo de preguntar pero debía llegar al fondo de lo que atormentaba a mi pequeño. Así podría ayudarlo.
Tae comenzó a negar rápidamente y se separó violentamente de mí. Se levantó del sofá en el que nos encontrábamos y comenzó a caminar por toda la habitación, negando con su cabeza y llevándose las manos a sus oídos. Entonces lo supe…Tae estaba teniendo un ataque de ansiedad.
Me levanté lo más rápido que pude para alcanzarlo. Coloqué mis manos en sus hombros para evitar que siguiera moviéndose. El seguía negando con su cabeza y sollozando. Tomé sus manos con las mías para que dejara de hacerlo y levanté su rostro para que me mirara.
– Tae, bebé…mírame estoy aquí – Pero él seguía con la mirada desenfocada, perdido en sus recuerdos –Estoy aquí bebé…estás a salvo conmigo – Arrullé hasta que volvió en sí y me abrazó aun llorando, se dejó caer al suelo y yo le seguí sin querer separarme de él.
– Ese día había llegado del colegio y mamá estaba en la cocina preparando galletas.
– No sigas si sientes que es demasiado Tete… No es necesario que hagas esto– Lo interrumpí.
– No…quiero hacerlo. No puedo mantenerlo más, esta opresión en mi pecho se hace cada vez más con el pasar de los días y ya no puedo más... Por favor Jinie… Haz que desaparezca.
– Adelante pequeño. Aquí estoy. Eres muy fuerte bebé – Lo abracé aún más fuerte.
Escuché un suspiro proveniente de sus labios, luego escondió su rostro nuevamente en mi pecho y continuó.
– Yo…y-yo le confesé a mi mamá que me gustaba un chico de mi clase.–Tae salió de su escondite para mirarme con sus ojos llenos de dolor y suplica.
Conocía esa mirada. Una mirada llena de terror a ser juzgado, a ser señalado solo por gustar de una persona de tu mismo sexo. Y me dolió… dolió porque nadie debería sentirse de esa manera por amar a una persona.
–Pápa bajaba las escaleras cuando escuchó todo Jinie...– Continuó sosteniendo mis manos que se aferraban a su rostro.– Él… é-él enloqueció y comenzó a gritarme y golpearme, diciendo que era una deshonra para la familia, que estaba enfermo y que no merecía ser llamado persona… – Más sollozos escaparon de su boca– Mamá intentó detenerlo pero estaba fuera de sí y luego… lue-luego él...tomó un cuchillo y…
– Detente pequeño, no sigas… –Tomé a Tae en un fuerte abrazo, mis lágrimas se deslizaban por mis mejillas, escuchaba su fuerte llanto y sentía sus brazos apretar con fuerzas.
–Dijo que todo era mi culpa…que maté a mamá por ser como soy…que prefería estar muerto que tener un hijo como yo… y luego él… é-él… –Dijo para luego soltar un llanto desgarrador que estrujó mi corazón.
– Shhh, lo sé pequeño… no tienes que decir más, estoy aquí y no me iré, no te dejaré.
«Jamás lo haría»
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Mi vida sin ti (TaeJin)
أدب الهواةTae pasa por problemas psicológicos severos y Jin, un estudiante de Psicología en su último año que hace su pasantía ayudando al psicólogo de Kim Tae Hyung. Un amor que nacerá a través de los futuros encuentros. Autora original: @PurpleOcean13 ❤Po...