Clandestino

UNO

Cuando terminó de meter todas sus cosas dentro de esa pequeña caja de plástico, escucho un par de risas a su alrededor, pero quiso imaginar que solo estaba alucinando y en realidad no se burlaban de él, pero era claro que lo hacían, siempre había sido detestado por toda su unidad. Cómo policía al mando, era gruñón y exigente, quería todo para cuando había terminado de hablar, era evidente que su degradación sería algo que todo el mundo festejaría.

-Nos vemos, idiotas- Todo el mundo se despidió de él, pero apenas cruzó la puerta los escucho gritar felices y hacer bromas sobre hacer una fiesta.

Los Detestaba.

BaekHyun Byun, jefe del departamento de investigación, 27 años, era el hombre indicado para ese trabajo, siempre se lo habían dicho, había atrapado a tantos criminales con operaciones hechas a la perfección que apenas podía contarlos con los dedos de sus manos. Ahora solo podía decir que era el ex jefe y había sido cambiado al departamento general, al de tránsito, para ser más específico.

Hacía años que le seguía la pista a Park ChanYeol, un elegante CEO dueño de una constructora, o al menos eso aparentaba, estaba más que seguro que eso solo era para desviar la atención, nadie hacía tanto dinero con una constructora, menos con una tan insignificante como la suya, estaba mal, debía ser una jodida trampa, pero ese tipo sabía cuidarse las espaldas.

Tal vez había sido demasiado impulsivo llegar a su empresa destruyendo todo y gritando sin tener pruebas, más cuando Park estaba sentado detrás de su escritorio con una taza de café en las manos que se tiró encima por asustarse cuando BaekHyun tiro la puerta de una sola patada. No solo Park ChanYeol lo había demandado, sino que también su jefe le había arrancado la placa enfrente de todo el mundo, había sido humillante y después de tres meses suspendido dónde tuvo que trabajar en un restaurante de comida rápida, había regresado a la partida, pero en el nivel uno.

Dejo caer sus cosas en ese minúsculo cubículo donde ahora trabajaría, realmente era deprimente, su madre estaría muy decepcionada cuando se enterará y todo por ese idiota de Park.

De haberlo atrapado, seguramente el país le hubiera dado un día nacional, el día de Byun BaekHyun, el policía que atrapó a uno de los peores criminales en la historia de Corea del Sur. El mismo Park que traficaba drogas y armas a toda Asia, el que se llevaba bien con mafias europeas, ese Park ChanYeol, pero no, había actuado por impulso y ahora se dedicaría a poner multas en las calles, mientras en la TV seguían pasando y pasando ese vídeo donde reventaba de una patada la puerta de cristal de la oficina de ChanYeol.

Su teléfono se iluminó por un mensaje, con miedo lo miro de reojo.

Mamá 10:45
Tenemos que hablar

Junto con un Link al vídeo de la noticia. Bien, ella se había tardado mucho en darse cuenta. Bueno, seguramente ella le daría el mundo sermón que su jefe, "Idiota impulsivo". Eso no quitaba que estaba más que seguro que Park tenía algo entre manos, seguía sus cuentas bancarias y de la noche a la mañana tenía millones de dólares solo porque si y él no veía ningún edificio o casa nueva, ni siquiera veía que ChanYeol trabajara en algo.

-Hijo de puta- BaekHyun suspiró cuando el poco trasero que tenía cayó sobre la silla de piel de su nuevo escritorio. No había nada que hacer, sus compañeros ni siquiera se molestaron en acercarse a verlo, nadie estaba interesado en él, las noticias habían dicho todo, su rango, su historia, todo el mundo le reprochaba pero se les había olvidado las veces que dio la cara ante peligrosos criminales, lo bien adiestrado que estaba y lo peligroso que los criminales lo consideraban, ya nada quedaba de eso, solo era Byun BaekHyun, el policía que la jodió por romper una puerta.

-Hola- una delgada voz lo saco de su miseria, ahí estaba LuHan, lo conocía, estuvo en su escuadrón una semana hasta que en una misión se quebró un dedo, había sido degradado a ese sitio y parecía irle mejor, se alegraba por él de alguna manera -Escuche que lo degradaron-