CUATRO

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BaekHyun estaba quejándose entre sueños, algo de estaba encajando contra su espalda y eso no lo estaba dejando dormir bien. Abrió sus ojos pero no ubico dónde estaba, su cabello estaba todo enredado, ya había amanecido, la luz del sol se colaba por la ventana, pero no estaba en el punto que le indicaba que tenía que levantarse, pero con eso encajándose en su espalda baja, no podía seguir durmiendo. Estiró su mano hacia sus espaldas, bostezando y adormilado, entonces su mano se encontró con su molestia, ¿Qué mierda era eso?

Cuando movió su mano de arriba y abajo, aquello pareció crecer contra su mano, moviéndose contra suyo, un gemido ronco se escuchó en su oído, eso ya no estaba siendo normal, giro un poco su cabeza y ChanYeol estaba durmiendo detrás suyo con el ceño fruncido, bajando su mirada, noto lo que estaba tocando y se levantó de golpe.

-¡Oh por Dios! Lo siento- salto de la cama con rapidez y solo peino su cabello y arreglo su pijama. -Lo siento, lo siento, no quería tocarlo, bueno...no quería nada-

-Déjame dormir, como dio supiera tus intenciones, pervertido- ChanYeol no parecía ser consiente de aquello y eso le alegro bastante, solo aclaro su garganta.

-¿Cómo dices eso? Claro que no, a mí no me van los hombres-

-Parece que ellos no, pero yo si-

-¡Por supuesto que no, idiota!-

-¿Por qué dormiste aquí?- Yeol susurró eso entre sueños, aferrado a las sábanas. Esa pregunta le quitó el poco sueño que podía conservar, no había manera de recuperar su dignidad, era mejor que la diera por pérdida, además ChanYeol parecía mareado, seguramente tampoco sabía lo que estaba diciendo o pasando.

-No me soltaste la mano-

-Lo siento...- ChanYeol volvió a quedarse dormido, así que lo vio como una buena oportunidad para salir de ahí. Una de las mujeres que trabajaban para él, se aproximaba a la habitación de Yeol con una bandeja llena de comida y al verlo, se sonrojo, ella parecía bastante avergonzando por nada.

-Oh lo siento, no sabía que estaba durmiendo adentro- BaekHyun alzo una ceja y negó rápidamente con una pequeña sonrisa.

-No, no, no, solo lo cuide-

-No tiene de que avergonzarse, su secreto está a salvó conmigo- la chica le guiñó el ojo y BaekHyun quiso morir de la vergüenza, eso no podía estarle pasando.

Con ChanYeol herido y las cosas bastante tensas, no había nada que hacer, cada quien trataba de recuperarse por su cuenta, a BaekHyun le gustaba compararlos con esos personajes de videojuegos que necesitan quedarse escondidos hasta que la barra de vida regresaba al cien, solo que no necesitaban segundos, sino días que se convirtieron en semanas y conforme se iban recuperando, las actividades regresaron a su marcha, excepto por ChanYeol.

Seguía siendo su tarea cuidar de él por las noches y había tenido que estar durmiendo durante el día para en la noche no tener problemas como la vez pasada. Solo sería cuestión de tiempo, le sorprendía lo rápido que podía recuperarse de las heridas pequeñas, lo que lo seguían atando a la cama, eran las heridas graves.

-Si mamá, las cosas están yendo bien, tu hijo lo está haciendo bien-

-¿Has visto las noticias? Ha habido muchos enfrentamientos entre la mafia, realmente espero que los atrapen a todo, ojalá no te devuelvan tu placa pronto, no es que te desee el mal, pero estás mucho más seguro así- hablaba con su madre como lo hacía cada tanto, lo normal, ella estaba preocupada por las cosas que pasaban por los noticieros, pero si hubiera sabido que él estaba más cerca de la mafia que nunca, seguramente hubiera ido por él para llevarlo de regreso a casa.

ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora