Capitulo 11

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Rápidamente me miré en el espejo para ver como estaba. Mis mejillas estaban un poco rosadas de correr y no estaba totalmente cubierta de sudor, lo que era algo bueno. Bajé un punto la velocidad de la cinta para que me fuera más fácil hablar si se acercaba. Mis manos cogieron la botella de agua y nerviosamente di otro sorbo, intentando tranquilizarme antes de que volviera. Casi había cumplido mi tarea, cuando una estruendosa voz dijo a mi derecha.

― ¡Eda, qué casualidad encontrarnos contigo aquí!

―Hola Engin. Sí, qué casualidad... ― Dije poniendo los ojos en blanco.

Engin estaba entre mi cinta y la vacía que había a mi derecha. Serkan se subió de un salto en la vacía y se quedó ahí sonriendo malignamente en silencio, viéndome correr lo que hizo que se me pusiera la piel de gallina por los brazos. Mi cara al instante se puso caliente y necesitaba distraerme.

Engin echó un vistazo por el gimnasio.

―Bueno, ¿Has, umm, venido sola aquí? ― preguntó intentando parecer despreocupado.

―Vaya, no Engin. Da la casualidad de que Ceren ha venido hoy conmigo. La verdad es que me impresionó bastante, ya que ella realmente desprecia ponerse sudorosa... bueno, de esta manera. ― bromeé.

Engin tardó un segundo en procesar lo que había dicho y entonces sonrió maliciosamente.

―Bueno, ¿dónde está tu amiga? Me gustaría saludarla.

―Está en la clase. Están haciendo unas clases de 'strip aerobic' que ella estaba muriéndose por tener. ― Apenas dije todas las palabras cuando Engin se dio la vuelta y se fue a toda velocidad a la ventana de la clase.

―No hay clases de strip aerobic aquí― Serkan se rió.

―Yo sé eso, y tú sabes eso, pero él, seguro que no. ― Miré por encima del hombro y le vi con la cara presionada contra el cristal y después nos miró con una expresión de confusión, antes de encogerse de hombros y continuar mirando unos minutos más, claramente disfrutando la vista.

―Bueno, ¿vas a quedarte ahí de pie y mirarme todo el día o vas a correr? ― le pregunté a Serkan, rezando que eligiera correr porque sus miradas estaban empezando a volverme loca.

―La verdad es que estaba disfrutando la vista desde aquí, pero si insistes, supongo que hoy podría correr. ― Miró los botones de la cinta sin saber qué hacer, haciendo que fuera obvio que nunca antes la había usado.

―Pulsa el verde para empezar... justo ahí. Ahora corre. ― Señalé la parte de arriba. La máquina zumbó y Serkan empezó a hacer footing, mucho más lento que yo.

― ¿Te gusta correr? ― dijo intentando crear una pequeña conversación, lo que era extremadamente difícil cuando has estado corriendo durante 15 minutos.

―Sí, me gusta trabajar con mi resistencia. Me viene muy bien, ya sabes― Le hice un guiño. Debería darte vergüenza Eda, recuerda el Boicot, y los zapatos, zapatos...

―Sí, puedo ver donde tu... resistencia podría venirte bien― El seductor tono de su voz me hizo estremecerme por dentro. ―Sin embargo, el entrenamiento con pesas también viene bien cuando tu tarea requiere algo de fuerza, y a menudo fuerza en la parte superior del cuerpo― No estoy teniendo esta conversación... no con este chico, en este gimnasio... y oh guau, está empezando a sudar... zapatos, dinero, derechos para presumir, zapatos, dinero, derechos para presumir.

No había mucho que pudiera contestar a eso, por lo que seguí corriendo, de vez en cuando echándole un vistazo a Serkan cuando no estaba prestando atención. Miré brevemente la zona de las pesas, y vi a Engin con dos enormes pesas levantadas sobre su cabeza. La clase de Ceren iba a acabar en cualquier momento y Serkan parecía estar conteniéndose en la cinta, pero podía oírle empezar a resoplar y jadear.

Boicots y moscas de barDonde viven las historias. Descúbrelo ahora