Día 1 Esperanza

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Todo estaba hecho un caos, los discípulos corrían de un lado a otro llevando arreglos de diferentes puntos a otros mientras que otros llevaban consigo platillos y ayudaban a los invitados a llegar a sus habitaciones. 

Lan Qiren soltó un suspiro, pero eso no borro la sonrisa en su rostro siguió caminando por los corredores de la secta hasta llegar a una habitación en especifico, tocando tres veces espero hasta que un pequeño pase se escucho del otro lado de la puerta. Abrió la puerta y la sonrisa en su rostro solo se extendió aun más. 

—WanYin... ¿Estas listo?

—Shifu... Y-yo— soltó un suspiro y negó con la cabeza. 

Lan Qiren asintió poco a poco con la cabeza, se acerco al Jiang que se encontraba sentado frente a su tocador aun sin peinar su cabello.

—Joven Jin me dijo que necesitaba ayuda con esto.— comento tomando un peine del tocador y comenzar a peinarlo. 

Siguió así hasta que escucho un pequeño suspiro del menor. 

—Aun no me lo creo— murmuro bajando un poco la mirada. —Perdí a mi familia y a mi secta quedándome con un bebé que impedía que atravesara a sandu por mi pecho para que después un cadáver me diga que todo lo que e vivido fue gracias a aquel que fue mi hermano y después... y y-yo... ¿Enserio merezco tener una nueva esperanza de ser feliz?

—WanYin... Cheng'er... Tu entre todas las personas mereces esta oportunidad, tú entre todos nosotros mereces esta felicidad. — Lan Qiren coloco el ultimo alfiler en el cabello quedando satisfecho con su trabajo se acerco a la puerta donde Jin Ling esperaba. 

Jiang Cheng se vio por ultima vez en el espejo y sonrió para sus adentros, salio de la habitación acariciando la cabeza de su sobrino y abrazando al Lan presente para después seguir por el corredor decorado de rojo. Dando la vuelta al final del corredor se encontró con esa persona que se volvió ese nuevo rayo de esperanza en su vida, sintió como sus ojos se volvían borrosos a medio camino llegando a medio corredor sintió una mano borrar el rastro de la lagrima traidora que había derramado. 

—Por favor mi corazón no llores, no quiero que Madam Yu jale mis pies por hacer llorar a su bebé.

—Mi madre se llevaría tu alma A-Huan.— respondió el Jiang sonriendo ante el toque de su amado. 

Lan Xichen sonrió, tomando las manos del menor ambos se adentraron al salón ancestral de los Jiang para poder rendir homenaje a los padres de su pareja; La primera reverencia al cielo y la tierra, "gracias por darme el valor de perseguir a la persona que amo" pensó el Lan, "gracias por darme una nueva esperanza para vivir" pensó el Jiang. La segunda reverencia a los padres, "gracias por tener un hijo tan maravilloso como A-Cheng" ,"gracias por darme la vida". Tercera reverencia, entre los novios, "gracias por permitirme entrar en tu corazón", "gracias por amarme y no dejar de hacerlo". Salieron del salón y caminaron por el pasillo hasta llegar al patio donde se encontraban sus invitados, todos conocidos cercanos de ambos, tras eso grito, tras grito se escucho. 

—"¡Por nuestros líderes!"

—"¡Que los cielos los bendigan!" 

—"!Zewun-Jun si hace llorar a mi JiuJiu lo voy a dejar ahogarse en el lago!"

—"¡Que tengan una feliz y larga vida!"

—"¡Que Zewun-Jun nos siga ayudando a escapar de nuestros castigos!"

—"¡Que el líder Jiang nos ayude a evitar que nuestro líder sea estafado!"

—"¡Por la esperanza de una nueva vida!"

Lan Xichen y Jiang Cheng sonrieron ante las locuras que sus discípulos gritaban, el banquete dio inicio una vez los nuevos esposos se presentaban ante los invitados, los sirvientes traían comida y bebidas, los músicos Lan dejaron las tranquilas melodías de sus sectas y siguieron el compás del baile que los Jiang comenzaron a hacer, Lan Qiren tarareaba de vez en cuando mientras conversaba con Jin Ling quien a la vez llenaba el plato de Hada con carne. Mientras tanto los novios se encontraban en su propio mundo.

Jiang Cheng soltó una pequeña risa que hizo el que Lan dejara la carne que estaba partiendo para el menor. — ¿Qué es tan gracioso? —pregunto tomando un pedazo de carne y ofrecérselo al Jiang -ahora Lan- 

—Recordé el día que llegaste. —murmuro sonrojado por las atenciones que recibía. 

Ante sus palabras el Lan se sonrojo hasta el punto de que su cara hiciera competencia con un tomate. Y como no, si cuando los rumores de que el temible líder Jiang se había recluido lo hicieron caer en ansiedad y preocupación que solo aumento cuando la mano derecha del Jiang llego a las montañas nevadas a presentarse como el nuevo líder. Lan Xichen ignoro los gritos de su tío y salo montado en su espada hasta llegar al muelle privado del ex-líder y irrumpir en la habitación para comenzar a gritar a diestra y siniestra el como alguien como el Jiang no debería dejarse vencer, que si quería llorar, gritar o romper cosas él lo ayudaría, pero que no se recluyera y se alejara de todos los que amaba, para después en un momento desesperado de que el Jiang le hiciera caso comenzó a en numerar las cosas que amaba de él, de su ceño fruncido a los pucheros que hacia cuando creía que nadie lo estaba viendo. Cuando se tranquilizo esperaba encontrarse con la cara del menor, pero solo se topo con un Jin Ling rojo hasta las orejas -era enojo o vergüenza nadie lo sabe- moviendo la boca como pez fuera del agua trato de disculparse, pero una pequeña risa le llamo la atención a dos habitaciones donde el irrumpió se encontraba Jiang Cheng que escucho todo lo que el Lan decía.  

Esta vez Lan Xichen se controlo camino hasta la puerta que seguía cerrada, se sentó enfrente y repitió las mismas palabras solo que esta vez profundizaba en ciertas partes, fue así semana tras semana, Zewun-Jun hablando y hablando con la esperanza de que tal vez algún día ese puerta fuera abierta, y fue hacia que después de cinco meses la luz del solo entro a la habitación y jamas volvió a salir. 

—Canta para mi A-Huan. —las palabras de su ahora esposo lo sacaron de sus recuerdos, sonrió al ver como el Jiang se acurrucaba en el tal y como lo hacia en la privacidad de sus habitaciones, rodeándolo de la cintura lo acerco aun más y comenzó a cantar, comenzó como un tarareo y después de unos segundo comenzó a cantar lo suficientemente alto para que el menor lo escuchara, pero no tan alto como para que las personas a su alrededor se dieran cuenta que hacían. 

La fiesta siguió hasta la noche y la mañana siguiente y siguió por el resto de la semana el hijo de Yunmeng encontró a esa pequeña brisa que haría sonar su campanilla y eso era algo que el mundo debía saber.  

❥𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆𝟐𝟎𝟐𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora