Último capítulo
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Amanda camina nerviosa alrededor del cuarto. Su madre hacia unos cuantos minutos le había avisado que irían a la fiesta del duque de Yunn.
Maldito seas, Emilianno.
Ella pensaba que podría escapar de Emi por algunas semanas hasta que él se olvidara de ella, pero el chico era demasiado persistente. Ahora, él había personalmente invitado a los padres de Amanda a su fiesta, dejándole imposible que se pudiera negar.
Lo pensaste bien, eh. Te odio.
La clara irritación en Amanda era clara. Ella no quería verse con Emi, no quería que él viera su rostro lleno de vergüenza.
¿Qué pensará de mí al verme ahí? ¿Se reirá? ¿Me ignorará? De verdad no quiero ir.
Se tiró a su cama, frustrada, y gritó sobre la almohada.
Tenía que buscar un vestido para usar además de mentalizarse que vería a Emi. No podía hacerlo. El sentimiento de humillación le presionaba mucho el pecho.
—¡Maldito seas tú y tu descendencia! —exclamó, antes de caer rendida al fracaso.
El vestido de Amanda era precioso. Y perfecto para la ocasión.
La tela era de azul claro, y debido a que era similar al chiffon, con sus varias capas daba la sensación de que era translucida.
No tenía mangas en sí, si no que sus tirantes estaban hechos de pequeñas flores falsa. Estos adornos también estaban incrustados en su pecho, tapando cualquier vistazo de tela azul. Desde su cadera hacia la falda las flores iban bajando de intensidad y ahora estaban puestas estratégicamente.
Las flores eran lobelias índigos.
Amanda las había escogido intencionalmente.
Su cabello estaba suelto y libre. Su rostro resplandecía con suaves polvos de brillos.
Estaba hermosa, se sentía hermosa.
Al momento en que eligió su diseño decidió que no dejaría que un hombre la pisoteara y pidió verse lo mas bonita posible. Así tal vez Emi se daría cuenta lo que había perdido.
Amanda se dio unos pocos retoques antes de bajar a la sala, seguida de Daisy.
—¿Lista, hija? —le preguntó su padre. Ella asintió.
No se sentía lista, pero aún así tendría que afrontar a Emi en algún momento. Era mejor hacerlo ahora que atormentarse por siempre.
¿Qué tendría que decirle ese chico? ¿Pediría perdón? ¿O le diría que necesitaban romper el contrato?
De cualquier forma, pronto lo descubriría.
Emi esperó y esperó a Amanda. Se paseaba de un lado del salón al otro, saludando cortamente a los invitados. Aunque necesitaba verse como un buen anfitrión no podía evitar ver la entrada cada ciertos momentos.
Amanda, ¿dónde estás?
Cuando ella llegó a Emi se le secó la garganta.
Amanda entró como una diosa, robando cientos de miradas, pero en especial la de un chico sin respiración.
Lobelias, fue lo único que él pudo pensar.
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De lo Amargo a lo Dulce ONC 2022
RomanceEl heredero al ducado de Yun nunca fue un gran creyente del amor. Creció viendo a su padres destrozarse por un título y desde ese entonces piensa que ese inútil sentimiento solo estorba en su misión. La hija del Conde Terron se crió leyendo sobre e...