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𝓣𝓱𝓮 𝓶𝓪𝓼𝓽𝓮𝓻'𝓼 𝓷𝓸𝓽 𝓪𝓼 𝓽𝓮𝓻𝓻𝓲𝓫𝓵𝓮 𝓪𝓼 𝓱𝓮 𝓪𝓹𝓹𝓮𝓪𝓻𝓼!
{𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓮𝓪𝓾𝓽𝔂 𝓪𝓷𝓭 𝓽𝓱𝓮 𝓑𝓮𝓪𝓼𝓽}

𝓣𝓱𝓮 𝓶𝓪𝓼𝓽𝓮𝓻'𝓼 𝓷𝓸𝓽 𝓪𝓼 𝓽𝓮𝓻𝓻𝓲𝓫𝓵𝓮 𝓪𝓼 𝓱𝓮 𝓪𝓹𝓹𝓮𝓪𝓻𝓼!{𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓮𝓪𝓾𝓽𝔂 𝓪𝓷𝓭 𝓽𝓱𝓮 𝓑𝓮𝓪𝓼𝓽}

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ɢᴇᴍᴍᴀ

- Una entrada espectacular. - comentó Aziz mientras yo me reía.

Lo admito, ver cómo cuatro hijos de villanos salían entre tropiezos y peleas por dulces de una limusina no es la primera impresión que tenía en mente.

También admito que Ben tuvo una gran fuerza de voluntad para mantenerse impasible ante ello mientras se apresuraba a presentarse y darles la bienvenida.

Una parte de mí aún trabajaba por digerir que, por fin, los cuatro hijos de los villanos estaban en Auradon, personas que habíamos estudiado - con lo poco que sabíamos mientras entrenábamos, cosa que no fue fácil - durante todo el verano.

El sujeto uno: Mal, la hija de Maléfica.

Como hija de una de las villanas más poderosas de la historia, Ben supuso que sería perfecta para encabezar la lista de los descendientes a los que ofrecer una vida mejor.

O la perfecta posibilidad de que todo saliera mal, en mi opinión.

Como mínimo se estimaba en los informes que debía ser mitad hada dragón, como su madre. Y ya con ello suponía que había heredado una gran carga mágica a sus espaldas.

Además de la influencia de su progenitora, que no debía ser poca.

Por supuesto, el resto de candidatos tampoco se quedaban atrás.

El sujeto dos: Evie, la hija de la Reina Malvada.

Tal vez nunca se estipuló que la ahora ex monarca tuviera poderes mágicos de por sí, pero llegó a constatar que tenía un gran conocimiento sobre las artes mágicas. Elaboración de pociones, espejos mágicos como ojos y oídos por el reino y toda clase de venenos solo eran, por así decirlo, su marca distintiva.

Podíamos suponer entonces que Evie había heredado algún que otro artefacto que había conservado, aún con el hecho de que en la Isla de los Perdidos no se podía realizar magia.

Pero todo es diferente en Auradon, así que tampoco podíamos pasarlo mucho por alto.

Después, estaba el sujeto tres: Jay, el hijo de Jafar.

Sucesor de aquel que fue una vez la mano derecha del sultán de la gran Agrabah. El artefacto del que más se tiene constancia fue de su cetro serpiente, que llegó a tener el poder de poseer la mente a su antojo, ahora desactivado.

Aún así, no era ningún secreto la capacidad de persuasión de la antigua mano derecha de la realeza, Jay podría haber aprendido uno o dos trucos de él.

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