Natasha.
– Es imposible que no cargues maquillaje. –Me reprendió Jane sin apartar los ojos de la carretera. Nos encontrábamos en los límites de la ciudad, y Jane conducía por la 6th avenida. Su rostro era de incredulidad y lanzaba miradas hacia mí cada pocos segundos, para después volver la vista al frente. Llevábamos casi una hora conduciendo y en todo momento Jane no dejó de hablar, cada pocos segundos después de que terminaba un tema, comenzaba otro. La verdad no sabía como podía hacer aquello. Era una cualidad solamente de ella, era imposible aburrirse sí estabas a su lado.
Intenté no poner los ojos en blanco al escuchar lo que dijo. ¿Por qué algunas chicas no podían vivir sin el maquillaje? Suspiré.
– Ya te he dicho que he llegado tarde a mi turno de trabajo, en realidad ha sido un verdadero milagro que Jamie no me haya despedido –Dije a la defensiva y miré a Jane.
Ella me devolvió la mirada y una sonrisa se formó en sus labios.
– ¿Pero sabes que es lo bueno de tener una mejor amiga como yo? –Me preguntó mientras se detenía en un semáforo que acababa de cambiar su luz a roja.
– ¿Qué? –Respondí después de un momento.
Su sonrisa se ensanchó hasta convertirse en un borrón blanco en la oscuridad de la noche.
– Que yo lo he cargado todo –Dijo, y se inclinó hacia los asientos traseros del auto, para tomar una bolsa de cuero color azul. Me la tendió en el regazo. –Está todo lo necesario para vivir, ropa tuya que he tomado de tu armario, un cepillo, cremas, y maquillaje. Gracias. –Dijo orgullosamente, volviendo a arrancar el auto.
Me quedé demasiado sorprendida al ver la bolsa con mis cosas dentro.
– ¿Por qué te has molestado en traerlas? –Fue lo único que pude preguntar.
– Por que eres mi amiga. –Dijo, resoplando, como si fuera lo más obvio del mundo.
– No quiero decir eso, lo que quiero decir es que ¿por qué las has cargado si sabías que yo no vendría contigo a la fiesta?
Hizo un rápido movimiento de cabeza hacia mí.
– Por qué de alguna manera sabía que terminarías viniendo conmigo, eso es lo que siempre haces tú. Tomas una decisión, y piensas que es lo correcto, pero después te arrepientes y recurres a mí. –Dijo, soltando una risita –Y de igual forma no iba a dejarte entrar con esos harapos a la discoteca, ninguna chica en sus cinco sentidos los haría. –Prosiguió.
– Yo no recurro a ti cuando tomo malas decisiones –Exclamé riendo un poco.
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Obsesión Irresistible.
Acción"La observé con mas detenimiento. Su forma de andar segura y despreocupada, su melena rubia cayéndole por los hombros tan larga y sedosa, unos ojos celestes y deslumbrantes, una sonrisa blanca y perfecta enmarcando sus delicados y hermosos rasgos. S...