¿E𐒖 h᥆rᥲ ძᥱ ძᥱᥴіr ᥲძіó𐒖? ♡ ˢᵃˢᵘˢᵃᵏᵘ

Capítulo 15

~Desesperación~

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Sasuke se encontraba muy intranquilo, tenía un mal presentimiento así que sin avisar nada salió de la oficina de Naruto, tenía que llegar a su casa para ver a Sakura y a Sarada.

Al llegar a su casa, todas las luces estaban apagadas. «Esto es demasiado extraño, ¿estarán dormidas? ¿Saldrían a cenar?» esas y más preguntas rondaban en la mente del Uchiha. La angustia crecía cada vez más, las buscó por toda la casa y no había rastro de ellas. «¿Donde estarán? Posiblemente en el hospital» pensó mientras se dirigía al lugar.

Cuando llegó al hospital, preguntó por la doctora Uchiha y nadie la había visto desde la mañana, así que rápidamente fue a buscar a la Yamanaka y no estaba con ella, busco a la esposa de Naruto y tampoco estaba. Caminó por la aldea para buscarlas y no las encontró, la angustia cada vez crecía más en su pecho, las cosas parecían como cuando Itachi había matado a su clan.

Decidió regresar a su casa y al entrar se dirigió hacia la mesa para tomar un poco de agua y al ver la mesa, notó que estaban los papeles y encima una, ¿nota?

Abrió la nota y comenzó a leerla.

Sasuke Uchiha.

Gracias por demostrarme que no somos importantes para ti, gracias por romper el corazón de Sarada una vez más, gracias por terminar con el poco a amor que tenía hacia ti, firmaste los papeles, eso quiere decir que tomaste tu decisión, entonces espero que seas feliz.

Hasta nunca

Sakura HARUNO.

La nota cayó al suelo, «¿Qué demonios hice?» pensó mientras corría a su habitación, y al buscar la ropa de la pelirrosa estaba toda, así que no entendió nada, regreso a la sala y tomo la nota nuevamente para volver a leerla, al llegar al nombre de la ojijade entendió todo.

Flashback...

Sasuke caminaba muy enojado hacia donde se encontraba la pelirrosa y el sujeto pero, antes de llegar a ellos una rubia se atravesó y lo detuvo para que no hiciera una locura.

—Tengo una idea, solo tienes que acompañarme y no hacer una locura.

—Firma los papeles y hazle creer que estás dispuesto a dejarla, ella será enviada a la aldea de las aguas termales y habrá una habitación reservada a nombre de ustedes. Tu aparecerás con una cena, sake y algo romántico y abrirás tu corazón con ella, brindándole confianza, amor... Empezar de nuevo para que todo salga mejor.

—Estás completamente segura ¿qué esto va a funcionar —preguntó no muy seguro de todo.

—Si, ya todo está arreglado.

Fin Flashback.

«Maldita sea en la que acepté eso, maldita sea en la que firme, la perdí y no sé donde está ni a dónde va» pensó el azabache que desapareció y apareció en la oficina del rubio.

—¡Las perdí!

—¿De qué hablas teme?

—Las perdí, se fueron, no se dónde están.

—¿Que demonios hiciste?

—Le hice caso a Yamanaka y las perdí, me dejó una nota y se fue, se llevó a Sarada.

—¿Cómo?

—Maldita sea, se fueron de la aldea y no sé a dónde —las lágrimas comenzaron a descender de sus ojos y recorrer las mejillas hasta perderse en la boca, sintiendo el sabor salado.

«¿Cuánto tiempo que no lloraba? Mis malas decisiones me llevaron a esto» pensó el Uchiha.

—¡Teme! Todo esta...

—Naruto... Yo la amo, me porte como un verdadero tonto, pensando que ella me esperaría con los brazos abiertas, tu me dijiste que las visitara y yo simplemente me fui. La perdí por cada una de mis decisiones, las perdí y no sé que hacer.

—Eso era lo único que tenías que decirle a ella, no a mí.

—¿Qué?

—Que la amas, que la amaste y que la seguirás amando por siempre pero, preferiste tu orgullo. Se que te encomendé esa misión pero te pedí que las visitaras, que pasaras tiempo con ellas. De verdad te necesitaban, eras lo mejor para ellas, Sakura nunca te reprochó nada, siempre te demostró su amor sincero y tú sólo querías hacer misiones y este es el resultado.

—Por  insensible la perdí, quise protegerlas sin darme cuenta que las lastimaba, que el abandono fue la peor salida, lo que tengo que hacer es buscarlas, hablar con ellas, demostrarle que la amo y que haré lo que sea por demostrar mis sentimientos hacia ella, así tenga que implorar por ella, ¡Lo haré!

—Suerte con ello.

—Naruto, ¿qué te pasa?

—Nada.

—Dobe te conozco, ¿qué te pasa?

—Me siento demasiado culpable por la situación, tu sabes que a Sakura-chan la veo como mi hermana, al principio decía que estaba enamorado de ella y la verdad es que no entendía nada pero estuvo ahí y, ¿qué hice yo? —soltó un suspiro y continuó. — Solo te di más misiones por mucho tiempo, pensamos que estaría bien pero, aún así te pedí que la visitarás y el señor cubo de hielo, nunca quiso.

—Fue mi decisión alejarme de ellas, lo hice por su bienestar, para que estuvieran bien, aquí dentro de la aldea, nunca medí las consecuencias, siempre pensé que cuando regresará ella estaría esperándome con los brazos abiertos, y que fue lo primero que recibo cuando llegue aquí... Unos malditos papeles de divorcio, firmados por Sakura, mientras me miraba con odio y sin ningún sentimiento, y en lugar de mejorar las cosas cada vez salía todo al revés, admito que yo te pedí que no me mandaras nada de parte de ella, pero si tan solo hubiera estado aquí, las cosas serían totalmente diferentes, tengo que encontrarlas, y luchar por ella, dándoles lo mejor de mi.

—Ahora no puedes irte, mañana saldrás a primera hora con algunos ninjas para que las encuentres.

—Tu sabes que no puedo esperar, sabes que necesito encontrarlas.

—¿Acaso piensas que Sakura es débil?

—MI ESPOSA NO ES DÉBIL.

—Eso pensé.

—¡Hmp!

—Adelantate, cuando tenga a los ninjas los enviaré, necesitaré que envíes tu ubicación.

—¡Hmp!

—Por tu bien más te vale que las encuentres a tiempo y hagas todo por ellas, porque te juro que sino actúas como un verdadero Uchiha... —No alcanzó a terminar la oración ya que el azabache desapareció.

—¿Crees que las encuentre?

—Eso es lo que espero.

—Espero que recuerde que tanto su esposa como su hija son más inteligentes que él.

—Él lo tendrá presente, no puede ser tan tonto

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En algún lugar del país del Fuego.

Se encontraba una pequeña azabache y una pelirrosa saltando en los árboles, tenían que moverse más rápido, no querían que nadie las encontrara, ya que la ojijade pensaba que no le importaría a nadie el hecho de que ellas se fueran.

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