CAPITULO 1✓.

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— ¿Que haces aquí? —. Pregunté mientras tomaba una actitud a la defensiva

— En una semana se cumplen cuatro años de la muerte de nuestros padres —. Bajo la mirada con tristeza

— No seas hipócrita, cuando ellos fallecieron tú no te apareciste ni para darles el último adiós —. Aferre la punta de mis dedos a la puerta

— ¿Quien es Alessia? —. Escuché la voz de Derek a mis espaldas

— ¡Derek! —. Romina grito con efusividad

Entro empujándome y corriendo a abrazar a Derek, él la resivio con las manos abiertas.

La ira me consumía por dentro, ¿Por qué le daba tanta alegría verla?, Claro ella había perdido su virginidad con él... Maldita sea.

— Estás tan hermosa —. Mire con odio a Derek

— Muchas gracias, ¿Y Mateo? Se que también vino —. Se separaron

— Él aún está dormido —. Me adelante a decir

Ella se giró lentamente y me miro con suma tranquilidad, dios como detestaba su rostro.

— ¿Romina? —. Alce rápidamente la mirada al escuchar la voz de Mateo bajando las escaleras

— ¡Mateo! —. Se aproximó a él

Derek me miró y sonrío con cinismo, él sabía que estaba celosa y eso a él le excitaba porqué no podía ocultar su rostro de felicidad.

— ¿Cómo has estado? Ya tenía mucho tiempo que no nos veíamos —. Mateo se aferro a su cuerpo

Tenía que aceptarlo, Romina era bella podría jurar que hasta más que yo, ella seguía de Derek por lo cual yo aún era la chica.

Su cabello era ondulado, un cuerpo bien proporcionado, su tono de piel era blanca tanto que juraría que si Derek la mordiera dejaría unas marcas rojas, tan rojas como la sangre.

Sus ojos eran avellana, pero sobre todo y su belleza era su maldita bondad la que no soportaba, era que ella era la buena de la familia.

La bonita, la inteligente, la empatíca y la menos incestuosa ya que cuando perdió su virginidad con Derek estaba en estado de ebriedad y jamás lo volvió a repetir.

Ella hubiera sido la madre ejemplar de mi hijo, mi odio y envidia hacía ella crecía más cada que la miraba... Sabía que Derek podría caer en sus encantos con tan solo tronar los dedos.

Pero no, no, no, él es mío al igual que Mateo, los dos me pertenecen.

— ¿A qué veniste Romina? —. La voz de Derek me hizo salir de mis pensamientos

— En una semana se cumplen cuatro años de la muerte de nuestros padres y quiero estar ahí —. Su voz chillona se escuchaba apagada

— Y bueno también quería verlos —. Su voz cambio drásticamente a una de felicidad y bondad

— Claro sabes que está también es tu casa —. Mire con detenimiento a Mateo, maldito sea él también extrañaba verla

— Gracias —. Tomo con delicadeza su mano

— Alessia —. Su voz llamo mi atención

— Tú aún no me abrazas —. Se acercó lentamente

Me abrazo con fuerza, era como si quisiera que nunca se acabará el abrazo, yo dejé mis brazos aún lado no me aferre a su cuerpo.

— No sabes cuánto te extrañe —. Rodé los ojos al escuchar sus palabras hipócritas

Ella solo estaba fingiendo para que todo el mundo la viera como la mujer más buena, pero era igual o peor de mala que yo.

Porqué a pesar de ser buena, ella escondía un oscuro secreto.

EL INFIERNO DE ALESSIA (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora