Despertó... de momento la cama parecía más grande, la habitación más amplia, el lugar increíblemente bello y espacioso. Por alguna razón que desconocía no era su hogar. Se levantó de la cama y sin dejar que los nervios o la desesperación la embargaran decidió recorrer la habitación buscando algún elemento que le otorgara la seguridad de que no seguía soñando.
Se acercó al balcón y este daba hacia una ciudad no muy grande pero si antigua, no había vehículos como autos o motos, no había cables, el cielo reflejaba un azul intenso y el aire completamente puro llenaba sus pulmones. Volvió a la habitación y recorriendo con la mirada encontró un espejo al que se asomó de inmediato. Y esa no era ella misma.
Lo era pero no, lucia su habitual cabello castaño largo pero quizás más oscuro que el original con dos mechones muy blancos a los costados de la cara, era mucho más delgada aunque tenía su misma estatura, sus ojos ahora eran más grandes. Sabía que era ella pero al reflejo no lo parecía. Ahora si miro sus ropas, llevaba una túnica interior blanca como las tantas que había visto en sus tan amadas series chinas. Abrió uno a uno los armarios que decoraban la habitación. En unos había libros y pergaminos, en otros artefactos como reliquias y en otros, túnicas. Se acercó a revisar la ropa, llamativamente muchas de distintos tonos de rojo con detalles en plateado, mariposas y lotos decoraban aquellas prendas.
Antes de poder procesar aquella situación atípica, un golpe en la puerta la asusto de tal manera que quedo muy quieta donde se encontraba. Otros dos golpes, debía responder pero no podía moverse ni siquiera hablar.
-Nǚ'ér ¿estás ahí?- se escuchó una voz amable desde el otro lado de la puerta pero no sonaba a una mujer.
Ella sabía lo que significaba pero aún se encontraba petrificada en su lugar.
-Entrare ahora- dijo la voz y la puerta se abrió.
Una persona de túnicas blancas entro, era un joven de no más de 25 años, pelo largo muy largo, de ojos grandes y sonrisa amable, piel de jade y delicadeza al andar, tan apuesto como en las leyendas. Otro hombre de túnicas rojas se aposto en el marco de esa puerta, de cabello negro como la noche y tan altivo y apuesto como el primero pero de una forma más varonil y salvaje, lo más destacable era que llevaba un parche en uno de sus ojos.
Ella no podía estar más afectada por aquello, era imposible que esta situación sucediera. Como una persona podría estar en una historia, estaría soñando? No, ya lo había comprobado pero como podía ser posible que frente a ella se encontraban parados un dios y un rey demonio mirándola fijamente y de una manera... cariñosa?
Eran Su Alteza el príncipe heredero Xie Lian y Lluvia sangrienta que busca la flor, Hua Cheng.
No se atrevió a hablar, todo debía tener una explicación, ¿no?
-Nǚ'ér ¿estás bien? Estas un poco pálida- dijo Su Alteza
- Creo que la sorprendimos, GeGe- expreso Hua Cheng sin dejar de mirar y con una pequeña sonrisa.
-Bǎnshuì ¿estas con temor de tus padres? – pregunto Su Alteza.
En esos momentos no había palabras para describir lo que ella sentía o que poder decirles, no era su hija pero, ¿sería que había tomado el cuerpo de la otra muchacha? ¿Debería decir la verdad? Quizás tarde o temprano lo descubrirían y si esta situación estaba sucediendo realmente, no quería imaginar un castigo de un dios y un rey demonio juntos.
-Yo...Yo... no...- balbuceo y ambos hombres la miraron de una forma más seria y detenida. Respiro hondo y se resignó a hacer lo correcto.
-Creo que yo no soy su hija- dijo ella en un hilo de voz. Ambos hombres se miraron para luego volver a mirarla.
- ¿Que estás diciendo Nǚ'ér?- pregunto Su alteza un poco sorprendido.
-San Lang- volvió a mencionar el y al instante Hua Cheng fue quien se acercó en un suspiro a la muchacha y la tomo de la mano para en un instante soltarla como si le hubiese dado una descarga de energía.
- No es ella- dijo el rey demonio tomando de su cintura su arma.
Ella cayó al piso arrodillada suplicando.
-Por favor, puedo explicar una parte de lo sucedido. Es cierto no soy su hija, yo solo desperté aquí, no tengo idea como sucedió, soy de otro tiempo, otro lugar, no fue mi intención hacer ningún daño, ni yo sé cómo puede ser pero por favor no me hagan daño- suplico la joven.
-San Lang, no seas tan apresurado, todo debe tener una explicación- dijo su Alteza interponiéndose entre la muchacha y su pareja mientras colocaba su mano sobre la empuñadora de E-ming y con la otra tocaba la cara del hombre furioso frente a ellos. Lentamente Hua Cheng aflojo su agarre y se giró para pararse nuevamente cerca de la puerta.
Xie Lian tomo las manos de la muchacha y la insto a pararse. Cerró sus ojos sin dejar de sostenerla y al cabo de unos momentos hablo con un tono triste.
-Siento a Bǎnshuì, está en este cuerpo aun pero...- dijo finalmente
-¿Ella lo hizo?- dijo casi en un gruñido Hua Cheng señalando a la muchacha.
-No San Lang, ella llego después- expreso su Alteza y luego prosiguió.
- Tenemos que solucionar esto y averiguar que ocurrió con Bǎnshuì o porque ella está aquí-
Xie Lian acerco la muchacha a la cama y se sentó junto a ella.
-Solucionaremos esto, es difícil creer que nuestra hija no es nuestra hija o quien está ahí es otra persona. No es una situación común para nosotros como lo debe ser para ti. Ten paciencia y lo resolveremos.- dijo el mientras sostenía sus manos en las suyas.
-Gracias Su Alteza- expreso ella mientras eran observados a la distancia por Hua Cheng.
-Descansa aquí, no salgas sin alguno de nosotros. No estas prisionera pero no sería prudente que te dirigieras sola en este lugar- dijo Xie Lian mientras se levantaba y salía. Hua Cheng volvió a mirarla con el semblante sombrío y salió cerrándose la puerta tras ellos.
-San Lang ¿qué crees que ocurrió mientras no estábamos?- dijo Xie Lian abrazando a su pareja.
-Pasaron dos años desde la última vez que la vimos, debimos volver antes- dijo el contestándole
-Pero sabes bien que un alma no viaja de un cuerpo a otro así nada mas,ella no está muerta y aun así no está- Dijo Xie Lian como pensándolo mejor.
-Es algo muy raro, las almas realmente se van al morir si han sufrido una muerte violenta o si fuera un...suicidio- termino de expresar en un tono bajo Hua Cheng sin querer pensar que su hija haya recurrido a esas instancias.
-Pero no explica el alma de la otra muchacha ni porque esta con vida aun- dijo Xie Lian.
-Recurriré a Lin Weng, ella debe tener alguna información en la Corte celestial que pueda servir- partiré ya mismo. Cuida a la joven San Lang. Por favor- le expreso con cariño Xie Lian mientras lo miraba atentamente.
-Lo haré-dijo el mientras se inclinaba para besarlo dulcemente.
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La Hija de Hua Cheng y Xie Lian
FanfictionDespertó en un cuerpo que no es el suyo, en un tiempo que no es el suyo, en un lugar que no es el suyo. Descubrió que las historias siempre se conectan. *Los personajes no me pertenecen. *La historia es de mi autoria.