Capitulo Cuatro

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"Esto no pinta bien" pensó Ana que a estas alturas tampoco sabía cómo poder mentirle dos veces al Segundo Jade.

Hizo reverencia a ambos.

-Maestro Wei, Han Guang-Jun-dijo Ana.

  Ambos Maestros saludaron. Ana no podía con la emoción. Su mundo ficticio se había vuelto realidad pero al hacerlo, todas las acciones tomaron un tinte diferente. Todo el asunto no era broma allí, podían salir lastimadas personas y seres inocentes. Debía ser cuidadosa con sus acciones y en este momento especial, con sus palabras.

-Otra vez te vuelvo a ver "pequeña aldeana"- dijo Wei acentuando las últimas dos palabras.

  El Maestro Lan observo mejor a la muchacha y esta vez se percató de que su energía era diferente. Desde la primera vez él supo que ella no era una persona común pero no iba a comentar nada si su esposo, que era el involucrado, no confiaba en el para decirle. Siempre respetaría los tiempos de Wei Wuxian.

-Jóvenes maestros, creo que tenemos una situación y necesito hablar con ustedes- dijo con una media sonrisa la chica parada frente a ellos.

Han Guang-Jun miro a Wei Wuxian y este asintió serio.

-Síguenos- dijo este último mientras se giraban para comenzar a subir las escalinatas.

-Síguenos- dijo este último mientras se giraban para comenzar a subir las escalinatas

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Decir que Ana estaba encantada con el lugar es menospreciar la emoción de la chica. Todo era mucho mejor de lo que ella había leído. 

El lugar era precioso e imponente, ordenado, pacifico casi mágico. Por los pasillos filas ordenadas de discípulos del clan todos con sus túnicas blancas y celestes se movían de un salón a otro cambiando de lugar y a la vez en el aire diferentes aromas podían apreciarse desde alimentos hasta flores.

 Luego de recorrer el lugar que le pareció inmensamente grande y espacioso, llegaron a una construcción bastante alejada del resto. No necesito recordar la novela, ella sabía que aquel lugar era el jingshi, la habitación privada del Maestro Lan que se había convertido en el hogar de la pareja que caminaba delante de ella.

El Maestro Lan entro seguido por el joven Wei y le instaron a pasar. Dentro era mejor de lo que ella hubiese imaginado, había más orden de lo que creyó sabiendo que allí vivía el Maestro Wei. En una de las habitaciones podía apreciarse un guqin sobre la mesa y estanterías de libros y rollos ordenados. 

 Pasaron a otra donde había una mesa que se encontraba en el medio del lugar y asientos a sus lados. Después  de sentarse golpearon a la puerta y fue el Maestro Lan quien atendió para luego llevar una bandeja y colocarla sobre la mesa con una tetera y tazas. Se sentó y sirvió él te para los tres. Los maestros la miraron expectantes luego de beber el primer sorbo de té, esperando que ella diera su explicación.

Tomo dos inhalaciones profundas y luego de un asentimiento de cabeza del Joven Wei, ella comenzó a contar la historia.

Ambos cruzaron miradas de alguna manera que Ana pudo entender de que muchas palabras habían sido dichas entre ellos sin hablar. Estos dos realmente manejaban la telepatía de una manera increíble, pensó.

La Hija de Hua Cheng y Xie LianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora