Fate: Sabor a Valquiria

Capitulo 28: Decadencia Inmortal: Parte 3

N/A: Este capítulo incluye material de LB6, que aún no está disponible en NA. Solo personajes, pero aún así, tengan cuidado.

¿Donde estuvo el?

¿Era esto un sueño?

Miró a su alrededor. Estaba en la entrada de un palacio, techado con escudos.

El sonido de la fiesta y la fiesta se podía escuchar desde el interior. Él mismo estaba de pie en lo que supuso que era una especie de porche o plataforma de entrada con techo. Dio paso a un campo de hierba dorada bajo un cielo azul lleno de arco iris.

El exterior era... lo sentía pacífico y acogedor. Sin embargo, Algo le dijo que era un mal presagio.

Recordó algo. Alguien no se había presentado.

Le metieron más información en la cabeza.

Su nombre era Ortlinde. Él... ella era una valquiria.

Ella esperó a alguien. Su hermana, Sigrun.

Alguien aterrizó a su lado. Valquiria Thrúd.

" ¿Ella te ha contactado?" ella preguntó. Ortlinde se inquietó. No había necesidad de palabras entre las valquirias, pero se sentía cómoda hablando en voz alta.

" No, hermana", respondió Ortlinde mientras se movía, hasta estar bajo el cielo. Miró por todas partes para ver si venía su hermana desaparecida.

Thrúd fue a su lado, con los labios fruncidos. "Las puertas de Asgard pronto se cerrarán. Deberíamos entrar. Estoy segura de que hay héroes para entrenar, batallas para ver".

No era propio de una valquiria preocuparse. Sin embargo, cuando se trataba de sus hermanas, eso no se aplicaba.

Esta era Sigrún. Una de las primeras, junto a Brynhildr.

Ella era lo más cercano que tenían a lo que se llamaría un 'comandante'. Era severa, astuta, sabia, las guiaba y las entrenaba. Ella nunca las dejó atrás. Si una valquiria tenía un problema, Sigrún era la primera en la fila para ayudar. Si Asgard estaba en peligro, Sigrún era la primera en levantar su lanza.

Ella era una verdadera valquiria.

Después de la caída de Brynhildr... Sigrún se convirtió en su pilar de consuelo.

Si algo le pasara a ella...

Su cabeza se disparó. La joven Valquiria detectó una longitud de onda idéntica en el horizonte.

Ella se acercó. Thrúd también. Sin embargo... sus llamadas fueron rechazadas.

En un segundo, los vientos cambiaron y la Valquiria Sigrún aterrizó frente a ellos, agazapada.

Después de un momento de silencio, se puso de pie, pero su postura era diferente. Torcida.

Estaba cubierta de sangre, su código místico de cisne blanco teñido de rojo. Las valquirias siempre se limpiaban después de la batalla. Si no lo había hecho, eso significaba que había venido a toda prisa.