🦋Religious Experience🦋[Madamspellman OS]

Una carta.

Estimada, Zelda Spellman,

Antes que nada, le envío a usted un cálido saludo. Sé que desde todo lo que sucedió con el conjunto de caos y el insólito final de Sabrina, usted y yo no hemos tenido contacto y esta correspondencia puede resultarle invasiva.

De hecho, si mal no recuerdo, desde que usted me acogió tan sororamente en el núcleo de su aquelarre nuestros ojos no se han vuelto a encontrar.

Es por eso que como prejuicio comprendo que es completamente probable que le sorprenda esta carta. Sea porque es un medio de comunicación obsoleto o porque puede que usted piense que nuestra única conexión era Sabrina, y, al no estar ya más con nosotros, lo que respecta a las dos se da por acabado.

Pero quisiera defenderme diciendo que si le escribo esta carta es porque mis razones son tan personales que opino, que unas letra trazadas con mi caligrafía y corazón, están a la altura de lo que le diré a continuación.

Porque por mi parte, Miss Spellman, siento que sí hay unos asuntos pendientes entre usted y yo.

Asuntos que jamás fueron resueltos no por falta de voluntad. Recuerdo siempre haber querido aprovechar cualquier encuentro con usted para confesarle la admiración y gusto que tengo por usted.

Pero eran tan breves, tan cortos en la temporalidad que simplemente esas razones crueles no me permitían expresar mis sentimientos.

Porque siempre había alg entre las dos. O mejor dicho, alguien.

Si no era el hombre con el que usted se casó, era la sacerdotisa voodoo que un día apareció en su oficina e hizo lo que yo, por solo querer servir a un ser que no lo merecía, no pude hacer.

A eso se debe mi ausencia en su aquelarre, Miss Spellman. ¿Por qué yo tenía que escuchar sus ruegos cuando no podía tener su atención más allá de una religiosa?

Así fue cuando el tiempo pasó y lo mi confesión pasó a un segundo plano, luego a un tercero, y por último fue condenado a la irrelevancia. Pero ha pasado un tiempo ya, un lapso de tiempo lo suficientemente largo para usted y para mí, pero no lo justo para dejar de punzar en mi corazón cada vez que recordaba a la matriarca de las Spellman.

Con todo esto, le aseguro que mi intención no es incomodarle. Al contrario, lo único que deseo es sacar de una vez por toda este cariño que no ha hecho nada más que hundirme en el abismo de la nostalgia de lo que nunca pudo ser.

Porque en resumidas cuentas, puede que entre líneas lo que quiero decir, pero seré directa: Creo, Miss Spellman, que he estado enamorada del espectro que significa usted para mí.

Creo que en este tiempo pensar en su cabello ondulante que cae por su espalda torneada, sus ojos esmeralda, su sonrisa intermitente y manos delgadas y delicadas, me ha hecho enamorarme de usted y lo que significa.