The Dragon IV

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No era su destino, no podía involucrarse de esa forma con un humano, los Dioses lo habían elegido para formar parte de la corte celestial.

El sufrimiento de Jimin lo orillo al limite de pensar en quitarse la vida, arrastrado por su avergonzada hermafrodites, corrió hacia las montañas a esconderse pero no pudo ir tan lejos, su sangre Imugi de hembra no lo dejaba escapar la gran serpiente dentro de él estaba en celo necesitado de su pareja.

Su instinto primitivo lo llevó hacia él, su aroma se propagó como neblina atrayéndolo, Jeon podía olerlo, cayendo en su llamado silencioso se dejó llevar por su instinto. Es su pareja, su otra mitad, SU HEMBRA.

Pequeñas olas de agua dulce se movían ondulantes en el centro del río, una espalda desnuda danzaba serpenteando bajo los reflejos de la luna la piel brillaba cual esmeralda invitándole a caminar hasta él, las olas se encontraron con otras mas poderosas; fusionándose, sus cuerpos temblaron al encontrarse piel a piel, a pesar del frío de la noche la temperatura en sus cuerpos se elevaba en un deseo en llamas, sus manos se pasearon en un recorrido lento llegando a su bajo abdomen  arrastró sus dedos en su vientre provocando un cosquilleo de ferviente deseo, continuo  subiendo las yemas de sus dedos acariciando su piel dejando un rastro de fuego, torturó sus pezones a su paso, y se detuvo en su cuello. Ambos estaban en un letargo mental, sus bestias los dominaban eran un macho y una hembra. Sus miradas se encontraron, desnudando sus sentimientos prohibidos, sus labios rozaron los suyos casi tocándose, se alejaron, la anticipación de su encuentro los envolvió en un jugueteo donde sus almas se vulneran, las pequeñas manos de Jimin recorrieron aquel musculoso pecho y se enredaron en su cuello, un beso apasionado sello sus destinos.

 Un patrón de besos, caricias, sus cuerpos físicos perdieron gradualmente las fronteras anatómicas, gemidos y gruñidos frenéticos los poseían en un vaivén, eran dos bestias poseídas por la pasión de un amor prohibido.

Despertaron uno en brazos del otro, sus respiraciones tranquilas, Jungkook acarició las mejillas de Jimin mientras este se removía en la piel cálida del joven Imugi, aún en su forma humana, desconociendo en él su forma animal, ni la condición de Imugi de Jungkook, totalmente ignorantes de sus destinos.

El apareamiento duró siete días, enceguecidos por el celo despertado en ambos; cuando se sintieron saciados y la razón volvió a ellos la culpa en Jeon y la vergüenza en Jimin los distanció,  atormentándoles. Se habían equivocado, habían cometido un acto antinatural dejando secuelas psíquicas en ambos.

Jimin corrió hacia su casa como un corderillo herido, desnudo y llorando, cayó en una depresión enfermiza y por mas que  le preguntaron qué había pasado esos siete días en las que desapareció el decía recordar muy poco, lo único presente en mente era el despertar a lado de Jeon desnudos y el como él le había rechazado, recordaba su mirada de pánico y de ira, su Imugi hembra se  sentía herida, las emociones de su animal interior se mezclaron, el aun seguía sin saber sobre su actual condición, pero fue testigo de algo antinatural, algo crecía en su vientre, sus manos temblaron acallando un grito de terror, ¿Como demonios era eso posible?.

La ausencia de Jeon fue notoria para SeokJin la poca lucidez de la que gozaba, lo hizo tomar un carruaje a lo mas profundo del bosque Daegwallim, hacia una longeva mujer chamana reverenciada al espiritu del dragon,  el camino fue difícil pero logró encontrarla, esta mujer lo esperaba fuera de su cabaña, recibiendolo con una sonrisa.

—Lo he estado esperando — lo cual conmocionó al anciano Jin, luego de saludarse e iniciar un rito cayendo en un éxtasis al danzar   entrando a un trance, sus ojos estaban en blanco y no parpadeaban sin embargo Jin sentía ese peso sobrenatural de aquella mirada sobre él, al terminar se sentó frente al anciano y declaró —Jimin posee ahora un poder que va mas allá de lo humano, siente vergüenza, miedo e inestabilidad, se que has descubierto por ti mismo al Imugi que favoreció prosperidad en tu casa en el pasado, nada en esta vida fue puesto al azar, los Dioses han decretado poner en tus descendientes el futuro de esta nación, Jimin no debe negar su destino. 

Luego de aquella declaración SeokJin regreso a casa perplejo, pero fue mas aún al encontrar a Jeon encargándose de la casa como si fuese el señor del lugar, el anciano lo reverencio mas Jeon lo levanto del piso negando,  aún debía mantener en secreto su verdad. 

— En mi casa he recibido el honor de servirte — El Imugi lo miró con expresión apacible, mas sin embargo su mirada se giró rápidamente hacia la pequeña joven que salía de casa a recibir al anciano, su futura nuera se encontraba allí, el había olvidado por completo  su llegada, se disculpó y continuaron, Jeon había vuelto al sentir la presencia del Imugi Kim, no pudo evitar alejarse de Jimin sus deseos de protección habían aumentado, lo sabía, él sabía que pasaba con Jimin, su olor particular le revelaba  su estado gestacional. Y ahora mas que nunca debía protegerlo. . .


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⏰ Última actualización: Oct 19, 2023 ⏰

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