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Era la primera vez que Chu Wanning salía de aquella casa.

No era la primera vez que estaba fuera del cuarto de Mo Ran, y ciertamente tampoco era la primera vez que seguía a Mo Ran a todos lados como un pequeño gato perdido.

Pero si era su primera vez en la calle.

Se sentía incómodo estar afuera después de tanto tiempo encerrado.

Había cosas que llamaban su atención, pero lo que más cachaba sus lindos ojos miel era la persona caminando frente a él.

Ese día parecía que Mo Ran se había esforzado en arreglar más su apariencia.

Chu Wanning pensaba que era porque iba a ver a alguien especial para él.

Mo Ran lo había hecho porque Chu Wanning iba con él.

En realidad solo iban a la universidad donde Mo Ran estudiaba.

El joven de 22 había dado la idea el día anterior, y dado que Chu Wanning ya tenía curiosidad desde antes, convencerlo no fue tan difícil.

"Chu-ge"

"???" Mo Ran había vuelto a ver al hombre de blanco, sus hoyuelos marcándose de manera suave en sus mejillas.

"Llevas parado en el mismo espacio por un rato"

"!!!" La cara de Chu Wanning se distorsionó un poco por la vergüenza.

Si tuviera sangre en su delgado cuerpo su cara sería completamente roja.

Mo Ran soltó una pequeña risa y continuó caminando, sabiendo que ahora su Chu-ge lo estaba siguiendo de cerca.

En las clases de Mo Ran, Chu Wanning pensaba que estaba poniendo atención.

Mo Ran solo estaba pensando en que quería abrazar a Chu Wanning y nunca soltarlo, mimarlo hasta que se hartara y besarlo hasta que sus labios se pusieran rojos.

¿Desde cuándo había empezado a pensar en Chu Wanning así…?

Su Chu-ge…

Tampoco se le podía culpar, si cualquier otra persona además de el pudiera verlo seguramente también pensarían que la belleza su Chu-ge era de otro mundo.

Pero Mo Ran también estaba feliz de que nadie más que el pudiera ver a Chu Wanning.

Se sentía tan bien saber que solo el podía verlo. Que solamente el podía tocarlo y que solo el podía podía hablar con el.

Realmente, si Mo Ran se ponía a pensar en ello, no quería compartir la atención de Chu Wanning con nadie más.

Su amabilidad, paciencia, atención, su cuerpo incluso, todo era de Mo Ran ahora.

Y al joven Mo Ran nunca le gusto compartir lo que era suyo…

Que les valga que el capítulo está súper corto, llevo mucho rato cansado y aún no tengo ganas de escribir✌️

Muerte blanca | ranwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora