El ser humano, en su constante búsqueda de sentido y plenitud, suele buscar en el amor una respuesta, una salida o tal vez, un refugio. Me he encontrado recorriendo este camino, siguiendo las huellas de un sentimiento que, en su momento, parecía ser la solución a un vacío interno que no lograba llenar de ninguna otra manera. No era un vacío cualquiera; era uno que se formaba en lo profundo de mi ser, en aquellos rincones donde ni siquiera la luz del sol podía penetrar. Tal vez no fue una sola persona la que intentó llenar ese vacío; tal vez fueron varias, cada una dejando su marca, su sombra, y, a la vez, incrementando el peso de la soledad.
Recuerdo con claridad el día en que decidí renunciar a él. La decisión fue como una bruma que se fue levantando sin que yo supiera por qué lo hacía, como si mi corazón y mi mente hubiesen conspirado en silencio para llevarme a ese punto de ruptura. No hubo un evento trágico, ni una pelea que justificara mi alejamiento. Simplemente, me fui distanciando, kilómetro tras kilómetro, dejando que los sentimientos se desvanecieran con la misma rapidez. Hoy, cuando trato de evocar las razones, me encuentro con un vacío de memoria, una laguna donde debería haber un relato coherente.
Nunca quise decir "te amo", aunque él lo dijo primero. Era como si esas palabras me pesaran en la lengua, como si pronunciarlas significara abrir una puerta que no estaba lista para cruzar. Y, a pesar de todo, siempre tuve la sensación de que me utilizaba, de que, en el fondo, yo era un instrumento para llenar sus propios vacíos. Sin embargo, con el tiempo, algo cambió. Comencé a percibir que, en algún lugar profundo y oculto de su ser, él me necesitaba. Esa necesidad, paradójicamente, fue lo que me asustó. Fue lo que me empujó a cerrar la historia antes de tiempo.
Pero, ¿acaso fue un verdadero final? ¿Puede una historia terminar cuando en mi mente siguen danzando las preguntas, los "qué hubiera pasado si"? Me atormenta pensar en lo que pudo ser y no fue. Me atormenta haber buscado a alguien más, a varias personas más, con la esperanza desesperada de que me dieran lo mismo que él me dio, o al menos una versión de ello. Pero esos intentos solo aumentaron mi frustración, y el pasar de los años ha hecho que esa sensación de incompletitud se profundice, como una espina que se clava más hondo con cada nuevo intento de sacarla.
Hoy, me pregunto qué siento por él. Si acaso es solo un recuerdo que se niega a desvanecerse, una sombra que persiste en mi mente. O quizás es una frustración, una especie de cicatriz emocional que me recuerda constantemente lo que no pude lograr. A veces, siento que es solo un sentimiento, sin forma ni propósito, que flota en mi interior, sin saber dónde anclarse. ¿Qué es realmente? ¿Por qué sigo pensando en él después de tanto tiempo? ¿Por qué me encuentro recordando momentos que, en su momento, parecían tan insignificantes?
El deseo de lo prohibido, la emoción de esconderse de los demás, la lujuria que brota cuando el corazón late con fuerza al estar cerca del peligro... Todo eso comenzó con él. Él despertó en mí sensaciones que hasta entonces desconocía, y aunque ahora esos sentimientos se dirigen hacia otra persona, él sigue siendo el origen, la chispa que encendió la llama. Lujuria, odio, cariño, lástima, deseo... Todas estas emociones se entrelazan en un torbellino que me confunde, que me lleva a cuestionar quién soy realmente.
Hoy, me encuentro atrapada en un nuevo dilema. Esa otra persona, la que ahora ocupa mis pensamientos, sabe que lo nuestro no puede ser. Y, sin embargo, su deseo es palpable, su frustración evidente. Muere de bronca al no poder tener lo que quiere, al saber que, si cede a sus impulsos, lastimará a alguien más. Y yo, en medio de todo esto, me acerco a él, buscando sus momentos de soledad, ansiando su atención. Disfruto ver cómo me desea, cómo sus ojos me siguen cuando cree que no lo noto. Disfruto haciendo que me desee.
Pero luego, en el preciso instante en que estoy a punto de ceder, recuerdo a la persona que tengo a mi lado. Recuerdo que lo busqué porque él me daba amor, un amor sincero, sin ataduras ni juegos. Y, en ese momento, los pensamientos eróticos se desvanecen, la pasión se enfría, y cancelo cualquier acción que pueda lastimar a alguien más. Me pregunto si estoy sacrificando mi felicidad por evitar el dolor de otros, o si simplemente estoy evitando enfrentarme a quien realmente soy.
¿Es amor o es solo pasión? ¿Es comprensión o es un deseo insaciable? ¿Es afecto lo que busco o es simplemente atención? ¿Es el calor del amor lo que necesito, o es el fuego de la lujuria lo que me consume?
Hoy, me enfrento a la cruda realidad de que no sé quién soy en realidad. ¿Soy esa persona que anhela el amor verdadero, o soy alguien que se pierde en los laberintos de la pasión? No tengo respuestas, solo un corazón que late con fuerza y una mente que se sumerge en un mar de preguntas sin respuesta.
El vacío sigue ahí, tan profundo como siempre. Tal vez, algún día, encuentre la manera de llenarlo. O tal vez, simplemente, aprenda a vivir con él, como un viejo amigo que nunca se va.
Una persona que busco amor para eliminar un vacío emocional
Tal vez no sea uno, tal vez sean varios.
Tuve que renunciar a el, sin saber porque lo hice
El se alejo en kilometros, yo me aleje en sentimientos, ni recuerdo porque.
Nunca quise decir te amo, aunque lo hayas dicho.
Siempre senti que me utilizabas,
pero al ultimo tiempo sentí que me necesitabas.Pero cerre la historia...
Si, para mi fue una historia con un final sin ser un verdadero final.
Me atormenta el pensar que hubiese pasado,
Me atormenta haber buscado alguien que me de lo mismo que me dabas,
Me atormentan los años.
Hoy no se que siento por vos, si solo es un recuerdo
Si es solo una frustración
Si solo es un sentimiento
O que es?...
Por qué sigo pensado en vos?
Por qué busco recordar momentos con vos?
Por qué busco gente que me haga sentir lo mismo que vos?
El deseo, el estar prohibido, el esconderse de los demás, la lujuria,
Con vos comenzaron estos sentimientos, pero los tengo por alguien más.
Lujuria, odio, cariño, lastima, deseo...
Hoy esa persona sabe que no se puede, pero se le nota el querer hacerlo.
Muere de bronca en no tener lo que quiere,
Muere de tristeza en saber a quien lastimaría,
Y yo intento acercarme más para sentirlo.
Busco sus momentos de soledad,
Busco momentos para obtener su atención.
Disfruto ver como me desea cuando me ve,
Disfruto hacerle desear.Pero luego recuerdo con quien estoy,
que lo busque porque me daba amor.
Y esos momentos eróticos,
los cancelo para no lastimar a nadie más.
Amor o pasión?
Compresión o deseo?
Afecto o atención?
Calor o fuego?
Esta persona es quien realmente soy?