Immortal | Alice Cullen (Terminada)

Capítulo 34

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Los Cullen habían ido a cazar tranquilamente, cuando regresaron se encontraron con Anneberg y Azael sentados en el sillón sentados en forma de indios jugando póquer junto a una gran pila de billetes bien apilados.

- No seas tramposo, renacuajo - Le dijo Anneberg mirándolo con los ojos entrecerrados

- Tú tampoco lo seas - Le dijo mirándola de la misma forma- Es hora de que te rindas ante una flor corrida de... diamantes - Le dijo con superioridad dejando sus cartas en el sillón

- ¡Oh! Si que eres bueno - Le felicito falsamente- Pero no ganas con eso - Azael borro su sonrisa- Te presento una flor imperial - Giro su mano revelando su jugada- Págame, niño - Dejo las cartas en el sillón sonriendo con burla

- Esto, es la guerra - Dicto con seriedad- Te acusare con mamá Astartea- Agarro la pila de billetes de mala gana

- Sí, sí - Asintió con burla- Puedes hasta acusarme con tus abuelos y aun así seguiré ganando, renacuajo - Agarro la pila de billetes con felicidad- Ten, para que te compres algo bonito - Agarro dos billetes y se los aventó con burla

- Me acabas de sentir como un stripper - Agarro el dinero de mala gana

Ambos se rieron aun sin darse cuenta de la presencia de los Cullen, Azael agarro las cartas para volverlas a juntar, vieron como con gran agilidad Azael las barajeaba mientras que Anneberg contaba los fajos de billetes.

- 1.8K de dólares completos - Dijo con gran felicidad- Que feliz soy

- Con 1.8K de dólares yo también lo sería - Refunfuño de mala gana

- Cullen's - Canturreo Anneberg con diversión- ¿Desde cuándo están ahí como estatuas? - Les pregunto con gran diversión guardado los fajos de billetes en una mochila negra

- Buenas noches, clan Cullen - Los saludo Azael con educación- ¿2.5K esta vez? - Le pregunto con burla

- ¡Ja! Por supuesto - Miro a su hijo con diversión- Reparte, pequeño perdedor

Azael bufó rondando los ojos con fastidio para seguir pajareando las cartas y repartir.

- ¿Se van a quedar ahí siempre? - Le pregunto Anneberg frunciendo el ceño- Pensé que ya estaban acostumbrados a verme llegar a su casa como si nada - Agarro sus cartas- Hasta de ver al renacuajo a llegar como si nada

Los Cullen salieron de su trance para ponerse enfrente de ambos Abalám que jugaban plácidamente.

- ¿A dónde fueron al final? - Le pregunto Azael

- Tu madre quería ir a España así que le lleve a Cataluña, España - Agarro una carta- Las españolas son tan lindas, pero sus vistas son aún más

- Si vi las fotos - Miró a su madre con diversión- Ese club nocturno me dijo lo contrario, madre

Anneberg se carcajeo asintiendo - El ir a una luna de miel también implica salir por la cuidad, mocoso

- Sí, pero no a un que tuviera strippers bailándoles - Señalo con diversión agarrando una carta nueva

Ambos se rieron para seguir jugando ignorando a los Cullen que los observaban con atención, Alice miraba con ternura la interacción de ambos.

- ¿Algo que preguntar Cullen? - Miro a los Cullen alzando una ceja- O algo que decir

- Hola - Le dijo Alice suavemente con duda y timidez

- Hola - Alzo un más la ceja confundida- Okay, sabía que eran extraños, pero esto ya llego a otro nivel, gane - Le enseño su jugada haciendo que bufe Azael de nuevo

- No, imposible - Le dijo Azael incrédulo

- Ahora me debes 2.5K de dólares, renacuajo - Canturreo parándose- ¿De dónde sacaras el dinero? No sé, pero ni se te ocurra pedirle prestado a tus hermanos - Señalo al menor con severidad- Ya le debes cien dólares a cada uno de tus hermanos por no querer la tarjeta negra que te dimos en tus terribles tres - Desapareció por la grieta

Azael suspiro pesadamente juntando las cartas para guardarla en su caja - Ahora tendré que devolver el dinero - Separo del sillón- Hasta luego, clan Cullen - Se fue por una grieta

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Alice se sobresaltó en su lugar cuando sintió unos brazos largos y cálidos la rodearon sintiendo un aliento caliente cerca de su oído.

- Pequeña Cullen - La voz de Anneberg junto a su aroma llenaron a ella embriagándola

- Anneberg - La saludo nerviosa

Anneberg se rio para soltarla, se sentó en la silla que había en la habitación de Alice y cruzo sus piernas, miro a Alice con atención sin borrar su típica sonrisa burlona.

- ¿Cómo se comportó el renacuajo? - Le pregunto más seria

- Bien, es demasiado educado, serio, talentoso y silencioso - Le dijo más relajada observando las facciones de su castaña

- No esperaba menos de él - Se encogió de hombros restándole importancia- ¿Él... hablo contigo? ¿Convivio con los demás? - Miro el bosque dejándole ver su perfil a Alice embobándola más observándola con todo ese amor que sentía por ella

- No, se limitó a estar en el sillón - Negó con la cabeza frunciendo sus finos labios- Conmigo hablo un poco - Le confeso haciendo que la mire con seriedad

- ¿Qué te dijo Azael? - La voz de Anneberg se volvió fría y dura al igual que su mirada

- Que lo llamara hijo y que me quería - La mirada de Anneberg se ablando- Y que tú y Astartea le leían un libro nuevo cada día

- Bien, me voy - Se paro de la silla- Azael vendrá con menos frecuencia a partir de ahora ya que regresamos, estaremos en los Hampton por si desean ir - Le entrego una tarjeta con la dirección- Las puertas de mi casa estarán abiertas para ustedes si así lo desean, solamente les aviso que ahí hay más sol que aquí - Se alejo unos pasos de Alice

- No es necesario que te vayas - Le dijo viendo cómo se alejaba de ella

- Sí, si lo es - Le aseguro- Tengo que ayudar a inscribir al renacuajo en la universidad cercano a nosotros - La miro a los ojos- Azael vendrá cada que él quiera, siempre tuvo esa opción

Alice veía un brillo diferente en Anneberg ahora, no sabía de qué era ya que siempre veía su diversión y maldad en ellos.

- Puedes quedarte a cenar, Esme estará encantada de hacerte algo o yo misma lo puedo hacer - La miraba con ilusión

- Lo siento, pero no... no creo que sea lo correcto - Negó suavemente- Casi pierdo mi matrimonio hace siete años atrás, lo pude volver a fortalecer como para no aparecer por la noche en casa, ahora que no estas embarazada te puedo recriminar muchas cosas que no pude - Desapareció por una grieta rápidamente haciendo que Alice suspirara innecesariamente

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