A court of shadows and secrets (Español)

Prólogo

Elain

"Esto ha sido un error" 

Elain repitió en su cabeza una y otra vez esa frase que la había partido el corazón en mil pedazos. 

Habían estado a punto de besarse, a punto de cumplir una fantasía que solo se había permitido pensar cuando estaba sola en la intimidad de su cuarto, pero ahora que casi se había hecho real, que prácticamente había sentido sus labios sobre los de ella...Lo sentía como un fantasma, un espejismo incluso, en un visto y no visto el se había ido y la había dejado ahí, quieta, sola en el salón con la pila de regalos tras ella.

Cerro los ojos mientras tocaba con la mano el collar que la acababa de regalar. Inspiró hondo mientras se lo quitaba y lo dejaba con cuidado encima del resto de regalos. Lo miró un par de segundos antes de comenzar a subir las escaleras hacia su cuarto.

"Esto ha sido un error" 

Cerró la puerta tras ella con cuidado de no hacer ruido, no quería que nadie supiese que ella todavía seguía despierta, sobre todo Lucien, si él se enteraba se vería obligada a entablar una conversación con él. En ese momento era lo último que la apetecía hacer.

Se sentó en la cama pasándose las manos por la cara. Comenzó a pensar: ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué se había separado tan repentinamente? ¿Había sido por Lucien? ¿Había estado malinterpretando a Azriel todo ese tiempo? Era obvio que si, sino no entendía qué había hecho mal, de verdad que no.

Suspiró pesadamente y miró por la ventana que daba a los jardines, tenía que comenzar a podar las rosas para que creciesen más fuertes en primavera. La jardinería la había mantenido ocupada, incluso cuando su madre estaba viva, siempre había sido una manera de desconectar de todo y, además, le gustaba mucho. Sin embargo, le duraron poco esos pensamientos pues todavía le rondaba la frase que había dicho Azriel:"Esto ha sido un error" ¿De verdad lo habría sido?

Tras un rato se acabó tumbando en la cama de nuevo, pero no se durmió, no pudo, tenía demasiadas cosas en las que pensar y en las que estuvo pensando hasta que en algún punto de la noche  el cansancio se comenzó a abrir paso y se rindió ante el, por fin tuvo unas horas de tranquilidad y paz.