Capítulo 1

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Al día siguiente bajó temprano, no había salido el sol todavía, pero, como siempre, tenía cosas que hacer.

Su mirada voló a la pila de regalos donde había dejado el collar el día anterior, no estaba. No iba a negarlo, se sentía mal por habérselo devuelto, pero...

- ¿Todo bien?-  Elain se giró y miró a Nuala.

-Si, acabado de bajar- Nuala asintió levemente.- ¿Nos vamos ya?

-A eso venía, Cerridwen ya nos está esperando.-la tendió la mano. Elain se la cogió y Nuala se teletransportó al lugar donde habían estado entrenando desde hacía tiempo.
Miró a su alrededor cuando la niebla y la sombra desaparecieron de su vista. Por fin vio el sitio en la que habían estado tanto tiempo las tres juntas.
Por lo que le había contado Feyre, era el mismo lugar donde Rhysand la había entrenado a ella hacía tiempo y dónde Lucien no fue precisamente amable.

-Ya era hora.- dijo Cerridwen acercándose.

-Tampoco llegamos tan tarde.- contesto Nuala.

-Dos minutos tarde, dos.-

-Exagerada.

Elain se rió suavemente.

-¿Las has traído?- pregunto la castaña

-Si, se las he quitado a Cassian.- contestó Cerridwen.- No creo que las eche de menos, Morrigan siempre le regala un montón.- Hasta el momento habían estado entrenando con armas de filo corto , y posiciones de lucha, pero, según las hermanas ya estaba lista para empezar con armas más contundentes como espaldas.

-¿Lista para la lección de hoy?- pregunto Nuala divertida

- ¿Que vamos a hacer?

-Empezar con la espalda. La defensa no es lo único importante en un campo de batalla, aunque con dagas y puñales te luces.- Cerridwen se rió suavemente.- Ya podrías apuñalar a alguien sin que te oiga.-

- Corrección.- intervino Elain.- Podría volverlo hacer.

-Buen punto.- Cerridwen la guiñó un ojo.

- Ni siquiera Azriel la ha escuchado llegar muchas veces.

- Y mira que es difícil pillarlo por sorpresa

- ¿Podemos empezar ya?

-¿Problemas en el paraíso?-  Nuala le dió un codazo a su hermana.- Ay.

Elain las miró, evaluandolas ¿Que sabían?

- No nos mires así, tú nos lo contaste y, sabemos que te dio un obsequio.- Nuala suspiró, si es que su hermana...

- Si, me lo dio - Elain desvió la mirada.

-¿Estás bien?-

-Si, bueno, no, es decir, si, pero...- les comenzó a contar. A veces se sentía mal por tener más confianza con ellas que con sus hermanas. Ni Feyre, ni Nesta sabían nada al respecto, pero con Nuala y Cerridwen era diferente, las tres se habían hecho amigas rápidamente y poco a poco había surgido la confianza.

- Vaya.- Nuala la hizo una caricia en el brazo.- Eso tuvo que doler

-Es igual, lo he interpretado todo mal.- Una cosa es que confiase en ellas y otra muy diferente que les fuese a contar todo lo que se le pasaba por la cabeza a lo largo del día.

- O quizás no.- intervino Cerridwen.- No entiendo mucho a los chicos, y menos a los Illyrios, pero conocemos al maestro de sombras y no creo que...-

-Me da igual.- corto Elain.- No me importa, que haga lo que quiera.-

-Vale, lo pillamos.-

-Anda, vamos a entrenar, que tengo que mejorar esa ofensiva.-
Ninguna de las dos hermanas tocó más el tema.

Cogieron las armas que había llevado Cerridwen previamente y comenzaron con los entrenamientos.

*****************

Llegó justo antes de que Rhysand o Feyre se despertasen. Sabía que no iba a ver a Nesta, ni a Azriel. El cantor de sombras estaba entrenando a su hermana y a un grupo de sacerdotisas y por lo que le había llegado de conversaciones sueltas entre Rhysand y Feyre, Nesta estaba pasando unas pruebas junto a sus nuevas amigas para convertirse en Valquirias. Se alegraba por su hermana, había encontrado su lugar en la corte noche, al igual que Feyre y al igual que ella. Era feliz, mucho, porque por mucho que lo dudasen los demás, ella había encontrado su lugar en esa corte, en Velaris.

A court of shadows and secrets (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora