"Como esconderlo"

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Nota de la autora: Está historia puede ser un poco fuerte, si eres muy sensible, o simplemente no te gusta leer temas que incluyan muerte, asesinato y cadáveres, sáltate esta historia, porfavor.

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-Venga, Arthur, solo un par de paladas mas...- Dijo ella arrastrando la bolsa. Seguidamente, la tiro en el agujero y comenzé a tirar de vuelta la tierra. Una vez acabé, ella se dispuso a decir unas palabras.
-Adiós, Aitor. ...Espero que encuentres a todas tus amantes quemándose en el infierno junto a ti!- Le gritó al suelo, con rabia. Ella solo le seguía diciendo todo lo que había hecho mal durante su relación, pero yo solo me cuestionaba si lo que hacía valía la pena. De verdad está era la mujer de la que me enamoré de joven? Creo que debería explicar la historia desde el principio...

11/03/2017

Y ahí estaba ella... Tan perfecta como siempre, mirando, aburrida, la incomprensible pizarra llena de números y letras. Claramente, no le importaba el álgebra. Yo solo le observaba, con mis ojos rellenos de amor, fantaseando con una vida junto ella. Si solo ella... Si solo ella supiera que le amo... Pero no... Su corazón pertenecía a el gilipollas de Aitor. El tio que se burlaba de todos, el que se creia mejor, el que suspendía todos sus exámenes... No lo soportaba. Nadie lo soportaba... Excepto Clara, que claramente solo estaba con el por ser popular y tener algo de músculo. Pero yo... Yo solo era el tipo que le pasaba los deberes... No es que fuera muy musculoso, pero tenía buenas intenciones... Si solo ella se diera cuenta...

04/05/2022 (La actualidad)

Éramos solo yo, y el silencio que inundaba mi cuarto, cuando recibí una llamada que me cambiaría todo, todo sobre ella, todo sobre mi, simplemente, todo. Mantuve contacto junto ella, por si algun dia, mi sueño se hacia realidad. Ella siempre hablaba de lo bien que le iba con Aitor... O al menos era lo que ella decía...
-Hey Arthur... Te gustaría quedar hoy en la cafetería... De siempre? Tipo... Las cinco?- Ella me pregunto. Inmediatamente, mis mejillas comenzaron a arder.
-Si!- Me había emocionado bastante...
-Digo, ummm, si... Total, no tenia planes para hoy...- Se habría notado mucho?

Y, llege. Ahí estaba ella con una abrigada sudadera, tomándose un chocolate caliente. Le saludé desde lejos, y me aproxime a ella.
-Hey... Todo bien?- Le pregunté.
-Hasta donde llegarías por mi?- Ella fue directa al grano.
-Hasta donde llegaría? Pues... No se...- Le conteste, mientras llamaba a un camarero, y pedía un café largo.
-Cuidarías a mi gato por mi?-
-Sr Ramírez? Claro! Si se porta genial... Más o menos...- Le dije, mientras ponía el azúcar en el café. El gato en general era bueno, el único problema es que se escapaba... Bastante... Mucho más de lo deseado.
-Me defenderías ante un abusón?- Ella continuó con el interrogatorio.
-Como de grande? Tipo Aitor? Depende... Es inteligente?- Comenzaba a tener mis dudas.
-Los harías o no?- Ella me cuestionó
-Haber, si! A que es debida tanta palabrería?-
-Callao'... Déjame continuar...- Ella me paró. Seguidamente, bajó el volumen.
-Me ayudarías a esconder un cadáver...?- Ella me susurró. Yo solo me quedé en silencio, tomándome el café.
-...Me refiero...- Dije, moviendo las pocas gotas que quedaban dentro.
-...Que tan jodidos estamos?- Mientras mi cabeza miraba el suelo, mis ojos se levantaron, y una leve sonrisa se dibujó en mi rostro. Yo bromeaba, pero ella tenía una expresión diferente sobre la situación.
-Nadie escucho los gritos, no tiene contacto con su familia, de hecho, le odian, fue muy de noche, y el olor está siendo tapado por la arena del gato...- Era una descripción muy exacta... Demasiado.
-Hm...- Asentí.
-Estoy dentro.- Le dije. Una extrañada sonrisa se mostró en su cara.
-Seguro?- Ella parecía querer asegurarse.
-100%! A propósito, quién sería?- Pregunté. Ojalá... Solo ojalá si hablara en serio... Ojalá fuera su novio.
-Sería...- Se mostraba dudosa.
-...Sería Aitor...- Ella suspiró. La cara... La cara que puso... Nunca la olvidaré... Ella... Ella sonrió, como una psicópata! Donde me había metido? Y ahí me di cuenta. Ella había matado a su propio novio.

-Adelante, las damas primero...- Le dije, en tono de burla, en el momento que ella abrió la puerta.
-Ja, Ja... Muy gracioso...- Ella me respondió.
-Cierto, no debería hacer bromas... Esto es serio, muy serio...- Me calle. Ramírez miraba la parte de enfrente la puerta del baño, yo solo lo acaricié. Clara y yo solamente pudimos imitar a Ramírez. Admirar esa puerta, que nos separaba del cuerpo sin vida de Aitor. Nos tomo unos segundos, pero decidí abrí la puerta. Y, ahí estaba el. Ojos abiertos, mirando la nada, boca de igual manera, abierta. Sus brazos, tirados sobre la bañera de arena de gato, mientras que sus piernas estaban sumergidas completamente.

-Tu... Tu metelo en la bolsa, con arena de gato... Yo... Yo limpiaré ésto.- Miraba la habitación. Que había derivado a Clara a hacer esto? No era nada propio de ella, nunca le vi haciendo daño a nadie, o a nada, o estaba cegado por mi admiración? La duda pudo conmigo, y tuve que preguntar.
-Perdona, Clara, pero... Por qué?- Le pregunté.
-Arthur... No era una buena relación... No siempre me decía la verdad, siempre estaba con sus "amigotes", que al final acabaron siendo un par de prostitutas, con las que me ponía los cuernos cada fin de semana... Y sabes...- Ella dijo como si fuera lo más normal del mundo
-No... No lo sabía...- Me impresionaron sus palabras.

Ya, en la oscura noche, conducimos hasta el bosque, dónde lo enterraria. Y, con la pala, comenzé a cavar...

Venga, Arthur, solo un par de paladas mas...- Dijo ella arrastrando la bolsa. Seguidamente, la tiro en el agujero y comenzé a tirar de vuelta la tierra. Una vez acabé, ella se dispuso a decir unas palabras.
-Adiós, Aitor. ...Espero que encuentres a todas tus amantes quemándose en el infierno junto a ti!- Le gritó al suelo, con rabia. Ella solo le seguía diciendo todo lo que había hecho mal durante su relación, pero yo solo me cuestionaba si lo que hacía valía la pena. De verdad está era la mujer de la que me enamoré de joven?

Volví a casa, ella y yo tomamos caminos diferentes. La culpa me estaba comiendo, no podia aguantar más ese sentimiento. Puede que Aitor fuera un cabrón en toda regla, pero, de verdad merecía la muerte?

Luces azules y rojas rodearon mi calle, al igual que la de Clara. La única diferencia, las suyas eran de coches policías, las mías eran ambulancias.

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Dedicado a Patataman (su apodo), el compañero que yo al pedirle una temática, el me dijo el título real de esta historia, ''Como esconder un cadáver''.

11/05/2022

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