Los ojos llenos de lágrimas de Luz miraron a su madre con dolor, su mejilla derecha ardía mientras comenzaba a enrojecerse, se dio cuenta de que la había llevado al límite. Pocas veces lo hacía por temor a que esas miradas de decepción, indiferencia y sus castigos fueran aún más fuertes de lo habitual.—Te prohíbo que me mires así. Sabes que no toleramos la desobediencia en nuestra familia, y mucho menos en nuestra empresa. Si no aprendes a seguir las reglas, no tendrás cabida en nuestro negocio. ¿Entendido?— Mientras hablaba, acarició levemente su propia palma con un gesto de disgusto y frustración, como si la conducta de la menor le causara una gran molestia.
—Lo lamento madre..—se disculpó con un hilo de voz temblorosa, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Sabía que no podía permitirse mostrar debilidad frente a ella, pero era difícil no sentirse abrumada por el dolor y la humillación.
—Síguenos —ordenó la mujer de pelo platino con una voz fría y autoritaria.
Asintió, apretando los dientes para contener el sollozo que amenazaba con escaparse de su garganta. Con rapidez, secó las lágrimas que se escurrían por su mejilla y se apresuró a seguir a su madre desde atrás. El camino hacia el salón parecía interminable, y su corazón latía con fuerza en su pecho, presagiando lo que vendría a continuación, y comenzó a prepararse mentalmente para lo que estaba por venir.
Al entrar en el salón, Luz notó que su padre se había posicionado delante del escritorio donde antes estaba con su compañero. Se detuvo detrás de él, observando la espalda ancha y rígida de su progenitor. Su presencia imponente la intimidaba, pero trató de mantenerse firme y serena.
—Tu padre te informará sobre tus deberes para este próximo lunes. Espero que los escuches con atención y tomes en cuenta hasta el más mínimo detalle —La mayor informó con voz firme y se acercó a una cómoda cercana. Con un movimiento ágil, abrió uno de los cajones y extrajo una regla de metal. Luego, tomó un bote de crema que llevaba por nombre "FastFix" y un royo de venda que estaban al lado, algo usado.
—S-Si, por supuesto —Respondió la menor con voz apagada, mientras alzaba suavemente la manga izquierda de su vestido negro para mostrar su antebrazo. Se notaba una leve incomodidad en su gesto mientras exponía la piel pálida y tersa.
Un fuerte golpe resonó en su brazo cuando la regla de metal se estrelló contra su piel. Luz dejó escapar un grito ahogado y apretó los puños con fuerza mientras el dolor ardía a través de su cuerpo. Respiró sacudida unos instantes y al segundo mantuvo su mirada fija en su padre, con su expresión completamente seria. Había aprendido a separar el castigo de su atención, y aunque el dolor de cada golpe seguía pulsando en su brazo, no dejó que afectara su concentración. Sabía que su padre tenía altas expectativas y estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para cumplirlas, incluso si eso significaba soportar el dolor.
—Muy bien, se aproxima tu cumpleaños y hemos decidido que es momento de mostrarte como la futura heredera de la empresa. Asistirás a la escuela hasta el día jueves, a partir de entonces continuarás tus estudios en casa —explicó el adulto con voz pausada y firme— No podemos permitirnos correr ningún riesgo que pudiera afectar tu bienestar. El día de tu cumpleaños deberás estar en casa a las 5 de la tarde para dirigirte al lugar de la grabación.
—Entendido— murmuró con voz ronca mientras se inclinaba hacia adelante, arrugando el negro vestido con su otra mano, Cerró los ojos y contuvo la respiración, tratando de controlar el dolor que la atravesaba. Sabía que tenía que mantenerse fuerte, pero cada golpe parecía más duro que el anterior.

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Mercenary Feelings
Teen FictionEn un mundo futurista lleno de excesos y decadencia, las diferentes ciudades se convierten en reflejos de la crueldad y la piedad que habitan en el corazón humano. Las fiestas extravagantes, las drogas, las armas y la violencia son moneda corriente...