Los ojos de Luz se iluminaron al entrar en el local, incapaz de apartar la mirada de la asombrosa escena frente a ella. Fascinada, observó cómo una chica de pelo morado se aferraba al saliente del segundo piso con una destreza impresionante. Con una fuerza envidiable en sus brazos, ascendió sin esfuerzo por la estructura, desafiando la gravedad con cada movimiento.
—Wow —susurró para sí misma, sintiendo cómo la emoción se apoderaba de ella. Se aferró al mango de su bolsa con determinación, sintiéndose inspirada por la energía y la pasión que fluía a su alrededor.
La academia de parkour era un remanso de adrenalina y movimiento constante. Sus paredes estaban salpicadas de colores vibrantes que reflejaban la pasión y la creatividad de los practicantes. El suelo, cubierto de colchonetas acolchadas, esperaba ansiosamente para amortiguar cualquier salto audaz o aterrizaje arriesgado.
Los obstáculos se alzaban como monumentos desafiantes, desafiando a los intrépidos a superarlos con destreza. Vigas de equilibrio estiradas como hilos de acero, barras de diferentes alturas invitando a los valientes a balancearse en ellas, y muros verticales desafiantes esperando ser escalados con agilidad.
La música vibrante llenaba el aire, proporcionando el ritmo perfecto para los movimientos elegantes y precisos. El sonido metálico de los cuerpos chocando contra las estructuras se mezclaba con las risas y los gritos de emoción de los practicantes, los rostros estaban llenos de determinación y pasión.
Luz se acercó a la barra donde una mujer atendía, bailando sutilmente al compás de la música ambiental mientras escribía en un papel. Cuando la mirada de la chica se fijó en Luz, su rostro se iluminó con una sonrisa llena de emoción.
—¡Ey! ¡Bienvenida a Extreme Gravity! — exclamó la joven de unos 28 años, casi saltando la mesa que las separaba.
Luz quedó impresionada al observarla detenidamente. Su rostro exhibía una piel de tono cálido, cabello azul con mechones rosados, grandes ojos verdes y varios piercings, dos en el labio inferior y otro entre las cejas, en la nariz. La joven irradiaba una energía única y un estilo llamativo que capturó la atención de Luz de inmediato.
— ¡Gracias! Me.. Me gustaría probar.
—¡Eso es genial! Pasa, pasa — le brindo una amigable sonrisa.
Mientras ambas caminaban, Luz no podía evitar seguir observando el lugar con asombro. Los muros altos y desafiantes, las estructuras metálicas y los diferentes obstáculos dispersos por el gimnasio llenaban el espacio con una energía vibrante.
La mayor notó la mirada curiosa de Luz y sonrió satisfecha.
—Yo soy Emma, una de las chavas que enseña aquí. Si necesitas algo o tienes alguna duda, nomás dímelo, ¿va? —dijo Emma, extendiendo una mano acariciando con amabilidad la espalada de la chica.
—Mucho gusto, Emma. Soy Luz —dijo con una sonrisa amigable.
—Mucho gusto, Luz. Me da gusto que te hayas animado a unirte con nosotros. Ahora dime, ¿qué fue lo que te llamo la atención de este lugar?
—Bueno, quería algo que me permitiera sentirme libre. Me recomendaron el parkour y, desde que leí mas sobre el, supe que era la actividad perfecta para eso. La idea de explorar mi entorno de una manera única y creativa, correr y saltar libremente.
—¡Órale, amiga! El parkour te da esa libertad total pa' moverte por el mundo de una forma única y personal. Es como si pudieras decirle a la gravedad: "¡Aguántame, que voy!" y superar todos los obstáculos de la vida. Cada salto, cada movimiento, es una forma de expresar tu esencia y tu determinación a todo dar. Estoy segura de que te vas a enamorar de esta actividad y vas a encontrar en ella una fuente chida de energía y satisfacción.

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Mercenary Feelings
Подростковая литератураEn un mundo futurista lleno de excesos y decadencia, las diferentes ciudades se convierten en reflejos de la crueldad y la piedad que habitan en el corazón humano. Las fiestas extravagantes, las drogas, las armas y la violencia son moneda corriente...