𝐶𝑎𝑝 𝐼 ⇢୧𝐵𝑒𝑟𝑚𝑢𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑇𝑜𝑟𝑜𝑛𝑡𝑜⸙͎

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Era medio día en Stragow, uno de los más prestigiosos internados del norte de Toronto, ella, Akina Brown, estaba como de costumbre solitaria en los jardines del lugar, estos, como siempre en esta época, frío, hacía tanto frío que nadie salía y era justo lo que ella necesitaba, pues estaba sumergida de nuevo en sus apuntes de años, no, no era la típica nerd, ella tenía otro tipo de apuntes que siempre leía, apuntes de mitología griega, esta vez, volvía a leer sobre su amor imposible, Apolo,  es el griego del sol, la luz, la medicina, la música, la poesía, el tiro con arco, el conocimiento y la profecía.

Ella leía como su amado era rechazado por Dafne, por la vengaza de Eros... 

– Entonces Eros se vengó de Apolo... disparandole con una flecha de oro, que causaba el enamoramiento inmediato al herido, mientras que a Dafne, una ninfa de los árboles, le disparo con una flecha de plomo, causandole un rechazo amoroso inmediato.. – Empezó a leer en voz baja, mientras se acurrucaba en una de sus cobijas de lana –. Así Apolo fue rechazado multiples veces por Dafne, y ella, ya algo desesperada por que Apolo la dejara de acosar, le pidio a su padre el río Londón, que la convirtiriera en aquello que él no pudiera tomar, entonces de a poco su cuerpo se transformo en un árbol de laurel, Apolo destrozado por la perdida de su amada... le cedio parte de su inmortalidad, y así, los laureles empezaron a ser su planta representativa...

Unos minutos después, una sombra masculina cubre su vista, al alzar la mirada se topa con un joven de cabellera rubia, una pequeña sonrisa iluminaba con sutileza la cara del joven.

- Disculpa, ¿Sabes donde estamos? -. Dice con una voz sutilmente ronca, mientras trata de cubrirse del frío...

¿Quién ocupaba bermudas en Toronto?

- Estamos en Stragow, un internado en el norte de Toronto -. Ella pronuncia con sutilieza y una sonrisa ligeramente dulce aparece en su rostro mientras guarda sus cosas levantandose

- Gracias... - Esta vez su voz se escucha algo entrecortada, Akina al notarlo, pasa su cobija por los hombros del joven, él mirandola extrañado.

- Te puedes resfríar... 

– Gracias... de nuevo... – Empieza a cubrirse como puede con la cobija aún mirando a la pelinegra que tenía enfrente –. Soy Lester...

– Akina... un gusto

Ambos asienten y se forma un pequeño silencio incomodo, ambos mirandose pero a la vez tratando de escapar del lugar.

Al final Akina vuelve a hablar. – Te acompaño al comedor? Creo que ya es la hora de la cena...

Él, aunque parecia totalmente ageno al instituto accede, y ambos empiezan a caminar, el silencio vuelve a generarse en el ambiente, este ahora algo calido al estar dentro de las instalaciones de Stragow.

– Y bien... comó llegaste a Stragow? Porque esta claro que no eres de por aquí...

– Es dificil de explicar –. Es lo único que pronuncia mirandola, con tranquilidad mientras cenaban.

– Bien... – Dice en un tono casi curioso por explorar más de donde vino, pero lo deja ahí, en poco tiempo se les une otra chica castaña, con los ojos color avellana.

– Akina, te he estado buscando toda la tarde donde estabas? –Dice aquella joven sin regresar a ver al rubio.

– Estaba leyendo... en el jardín...

– Si te llevaste tu manta? Siempre la olvidas y te resfrías... – Akina solo asiente mientras intercambia miradas con la chica, señalando al rubío, quién comia muy ageno a ellas.

Entre el cielo y la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora