Entre el cielo y la tierra

𝐶𝑎𝑝 𝑉𝐼𝐼 ⇢ ୧ 𝑄𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑟𝑡𝑒 ⸙͎

Ambos caminan en silencio mientras miran a distintas direcciones, este silencio no era incómodo ni cómodo, sólo era silencio, ellos estaban relativamente separados pero no lo suficiente, pues cada tanto sus manos se rozaba y ellos las apartaban al darse cuenta, Akina esperaba que él hablara primero pero al ver que no fue así lo hace ella.

- De qué querías hablar Lester?

- De dos cosas para ser preciso...

- Bien, te escucho - Dice mirándolo con una sonrisita dulce, Lester por unos momentos se queda en silencio viéndola pero al final habla.

- Primero quería explicarte bien lo que pasó la otra noche...

- No es necesario... Ya lo dije, no hay nada entre nosotros...

- Pero quiero explicarte - La mira en silencio, Akina se sonroja muy apenas, pues aunque no era un gran gesto, para ella significa tanto. - No es mi novia, de hecho no estoy ni un poco interesado en ella... Solo es mi amiga muy cercana, no sabía que estudiaba aquí.

Akina solo asiente esperando que vuelva a hablar.

- Y lo otro... Has escuchado de la mitología griega?

- Si, de hecho es mi mitología favorita...

- Si? A mi parecer no es tan "wow", pero si es buena...

- No es tan "wow" - Dijo entre risas algo indignada-. La mitología griega, tiene amor, guerras, traiciones, desamores y muchas cosas interesantes...

Akina empezó a hablar de todo lo que le gusta de las historias que su abuela le contaba, de los amor y desamores de los dioses, de los inicios y los asesinatos de los mismos.

Habían pasado algunas horas y Lester sólo la miraba en silencio escuchando cada una de sus palabras y corrijiendo algunas cosas.

Esta chica me encanta...

Se sorprendió a si mismo pensando eso, y estaba empezando a creer que era cierto, sus ojos divagan por el rostro de la pelinegra, sus ojos iluminados mirándolo mientras habla, se veía tan tierna y linda, eso se decía a si mismo, su mirada pasó a sus labios, rosados...

¿A qué sabrán sus labios?

Mientras más bajaba más quería descubrir de ella...

Pero dejó de bajar en el cuello, tenía una pequeña marca, bastante curiosa, se acercó a ella inconscientemente.

- Qué... Qué haces? - Tartamudeo la pelinegra al sentir la respiración del chico en su cuello.

Lester cierra los ojos dejando que su aroma inunde su nariz, era una fragancia delicada, lavanda... Y un toque de canela... Olía delicioso

¿Su piel sabrá a canela?

Sin pensarlo mucho beso su cuello con cuidado, tomando su cintura para no dejarla apartarse, Akina, aunque algo sorprendida se dejó, cerrando los ojos y dejando que las sensaciones se apoderen de ella, los labios de Lester rozaban su cuello, con delicadeza, solo besaba, y la primera lamida se dio, no se esperaba la reacción de la pelinegra, quién tomó con fuerza su camiseta.

Siguió con besos dulces y la idas débiles, disfrutando del sabor de su piel, no sabía a canela, pero le empezó a gustar cuando la sentía estremecer, sus dientes dieron la primera mordida, no tan fuerte, delicada, no quería marcarla, no todavía.

Sus manos acariciaban su cintura con delicadeza, subiendo con tranquilidad por su espalda y bajando hasta donde se lo permitía, no quería hacerla sentir incomoda, para nada, quería hacerla sentir de todo menos incomodidad, sus labios trazan un camino de besos hasta su mandíbula, acariciando su mejilla con su nariz, se separa y la mira.

Suelta una risita al verla, estaba completamente sonrojada.

- Pareces un tomate... - Dijo con una voz suave y ronca, cerca de sus labios.

- Cállate - Dijo en tartamudeo que sólo hizo reír con ternura al rubio.

- Prefiero callarte... Puedo?

Ella solo asintió con timidez, dicho eso, la beso, bajo la luz de la luna, sus labios encontraron los de ella, y se movieron en sincronía.

Sus manos apretaron su cintura, absteniéndose de hacer algo de lo que ella podría arrepentirse.

Ella por su lado movía con timidez sus labios, dejándole el control absoluto del beso, y eso solo lo hizo sonreír, dando pequeñas mordidas y lamidas en sus labios, se separó un poco, con una sonrisita.

- Saben mejor de lo que me imaginé...

- Te imaginaste besándome?

- No sólo besándote Akina.

Después de eso volvió a besarla, ya sabiando que tenía permiso por esa noche, atacó sus labios con delicadeza y ligeramente rapidez, ambos cerraron los ojos y se dejaron llevar por el momento.

La luna estaba en lo más alto y los alumbraba de una forma completamente única, Lester la ocultaba con su cuerpo de la luz de la luna, la quería solo para él en ese momento, quería ser el único que la viera sonrojada y pudiera mover sus labios sobre los de ella.

Dando una pequeña y sutil lamida, le pregunta a Akina si le daba acceso a su lengua para explorar lo que sus labios no podían, ella accedé, abre ligeramente sus labios y el beso se vuelve más intenso en ese momento, la respiración de ambos se acelera pero ninguno tenía la voluntad para avanzar, por ahora, sólo se besaban... Bajo la luz de la luna.

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