Y ¿si me olvida?

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Capitulo 13

ESPECIAL

Después de que Yahir se fue hemos estado hablando y de vez en cuando me llama, es bonito tener esa conexión con él. Salía con los jóvenes muy poco y últimamente se me hizo una rutina ir a la iglesia y algo en mi corazón me decía que eso significa PELIGRO.

Pasaba la semana en la iglesia, practicando, danzando, recibiendo palabra y nada me llenaba es como si Yahir fuera el único que podía llenar ese vacío, pero el ya no estaba aquí. Y ¿si me llega a olvidar?, no puedo creer que mis emociones se hayan hecho dependientes de él.

Últimamente me sentía así de mal, mis inseguridades que creí que alguna vez ya desaparecieron volvieron. No sabía con quién hablarlo Diana no me iba a entender y me daba mucha vergüenza contarle a Nataly por lo que estaba pasando, ella se veía que tenía una relación perfecta con Dios.

—Ester qué tanto piensas? —Anthony hablo muy cerca de mí, estábamos en la clase de filosofía y era fastidioso estar sentada junto a él.

—No pienso en nada—conteste fríamente.

—Claro que lo haces, no me mientas.

—Deja de molestar, no pienso en nada—respondí de mala gana.

—O te da tanta pena admitir que piensa en mí—hablo con su típico tono burlón.

—Ya quisieras.

—Deja de acerté la difícil, sé que aun te gusto.

—No me gustas para nada.

—No mientas.

—Deja de molestarme.

No respondió, el profesor nos estaba viendo con su cara seria y desde ya sabía que estaba en problemas.

—¡Señor López! veo que le encanta hablar con la señorita Evans.

—¡UY! —grito todo el curso, yo me limite a poner mala cara.

—Para mañana quiero un ensayo de 20 hojas de los beneficios de la filosofía—hablo duramente el profesor.

—Pero profe, eso no voy a tener minar nunca—hablo Anthony.

—No, es que no va a ser solo, ya que le encanta hablar con la señorita Evans ella le va ayudar.

—Pe-pero profe yo no estaba haciendo nada—dije ante lo que había dicho.

—No quiero peros, prestan atención o les aumento las hojas—todo el curso siguió en silencio hasta que termino su hora.

—¿Cómo vamos hacer el ensayo? —pregunte.

—Puedes venir a mi casa hacer esta tarea, como en los viejos tiempos—cuando éramos novios Anthony y yo siempre solíamos hacer juntos la tarea, no, más bien yo le daba haciendo su tarea.

—No, podemos hacer en la biblioteca.

—No Ester en mi casa estamos más cómodo.

—Yo no quiero ir a tu casa.

—Por favor Ester antes te encantaba pasar ahí.

—Ahora ya no.

—Es en mi casa, o si no, no hacemos el ensayo a mí no me preocupa quedarme con un cero más —yo siempre era responsable en mis tareas, así que no me tocaba de otra que aceptar.

—Está bien—conteste rendida.

Cuando llegue a casa de Anthony toque el timbre esperando que el me abriera, pero salió su madre. Una mujer elegante con clase.

Somos todo lo que sentimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora