7. Un Beso Nunca ha Matado a Nadie

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WOORI

Taehyung soltó una estrepitosa carcajada.

Bo-mi acababa de terminar una de tantas anécdotas donde yo me lastimaba, o lastimaba a alguien más, o hacía el ridículo en vía pública.

—Lo digo enserio. WooRi es la persona más torpe en la faz de la tierra.

Estábamos todos juntos pasando la tarde, las chicas habían organizado una reunión con Seokjin y Taehyung, quien en los últimos días se había vuelto demasiado cercano a Bo-mi. No me molestaba el tenerlo cerca, es más, empezaba a considerarlo ya como un amigo, sin embargo, tampoco me agradaba la idea de que estuviera inmiscuido en nuestros asuntos todo el tiempo. Era bastante importuno si me lo preguntaban. En vez de tener la libertad de disfrutar al lado de Seokjin, parecía que había, de alguna forma, entablado una relación de tres.

Kim Taehyung era divertido, no podía negar eso; Jin disfrutaba el estar con él, a Mari-na le desagradaba su actitud infantil, Bo-mi parecía haber encontrado su igual, y yo...tenía sentimientos encontrados:

Una extraña familiaridad pululaba entre nosotros, era exactamente eso lo que aún no terminaba de permitirnos el sentirnos cómodos uno alrededor del otro. Podrían llamarme paranoica, pero éramos los únicos que nos dábamos cuenta al respecto.

—¡Estás loca! — dijo Jin burlándose de mí.

—Pero mírate, no te apartas de mí ni un segundo. —Respondí batiendo mis pestañas.

Kim Eon Jin, la hermana menor de Kim Taehyung, demasiado hermosa para su edad, intercambió miradas con él. Ella le compartió un chiste privado, a lo que Taehyung negó efusivamente prohibiéndole rotundamente que dijera lo siguiente:

Jin oppa, ¿recuerdas esa vez en la que Lee Ji-Hyo tuvo su primera cita, y Taehyung, por voluntad propia fue a recogerla a la salida del cine vestido como su mamá?

El nombre de Lee Ji-Hyo encendió un foco rojo en mi cabeza. Suponía que se refería a la chica con la que Jin y yo encontramos a Taehyung hace casi dos meses. Tenía que ser ella. Recuerdo que Ji-Hyo lo miraba demasiado, a Seokjin también, pero con una intensidad diferente. Taehyung fue no recíproco con ella, o al menos, no mientras estuvieron con nosotros. Parecían estar viéndose demasiado a menudo; Jin decía que lo de ser amantes era algo nuevo, y aunque no estaba segura desde cuándo se conocían, era claro que existía confianza ahí.

Con base a lo que acababa de escuchar, podía dar por hecho que Taehyung se preocupaba por esa chica. Mi pregunta era: ¿Qué tanto? Y ¿Por qué?

—Claro que lo recuerdo —estuvo a punto de escupir el líquido que había en su boca. —, el vestido lo tomamos prestado del armario de mi madre.

Alcé la voz sobre su risa.

—¿Por qué hiciste eso? —miré a Taehyung intentando esforzarme por imaginármelo con ropa de mujer.

Él simplemente se encogió de hombros. —Ella era una niña, él no la merecía.

Sabor amargo subió por mi garganta. Él no la merecía.

Hice mi mayor esfuerzo por no voltear hacia Kim Bum, pero cuando lo hice, él también estaba mirándome. El mismo pensamiento cruzó por nuestras mentes: Hoy, hace dos años.

—Bien, chicos, vamos a hacer esto un poco más interesante. Acérquense. — Mari-na trajo una de las botellas vacías y la dejó sobre la mesa de centro. —Eon-Jin, eres la más pequeña, ¿juegas?

Taehyung intervino de inmediato: —Mi hermana aún no puede beber, así que ni lo intentes.

—¿Por qué eres tan aburrido? Aissh. —Se quejó su hermana. Ella jaló hacia abajo su camiseta mientras se arrodillaba cerca de la mesa y giró la botella.

Hasta Que El Sol Se CongeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora