20. Culpable

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YOON BO-MI

—¡¿Te acostaste con WooRi?!

Ante mi grito, él se llevó las manos a la cabeza.

—No me hagas decirlo de nuevo.

—Oh, vamos. —empujé su hombro con el mío—¿Qué es algo de sátira?

—No debí venir. Tu prometido va a llegar en cualquier momento y no estoy de humor para peleas.

Taehyung se puso de pie y tomó su chaqueta del brazo del sillón, lo detuve sujetándolo por la hebilla de cinturón.

—Siéntate. — Lo hizo. — Ya es hora de que el hombre madure y entienda que no voy a alejarme de ti. Eres mi amigo. Y no pienso perder mis amistades sólo porque él es un inseguro celoso de mierda y llora porque teme perderme.

—Tu novio no es mi persona favorita en el mundo, pero créeme que a veces lo entiendo.

Dejé la cerveza a un lado y me senté correctamente.

—Luego puedes besarlo si quieres. A lo importante: Déjame ver si entiendo, ¿me estás diciendo entonces, que te acostaste con ella?

—Sí. — afirmó, la vergüenza filtrándose en su voz.

—No lo puedo creer ¡Dormiste con ella! ¡Tuvieron sexo! Tú, Kim Taehyung, pasaste la noche con WooRi y ella está comprometida con tu mejor amigo. Esto es grandioso. — Aplaudí varias veces, sonriendo y riendo.

—Bo-mi, no es gracioso.

Asentí eufóricamente. —¡Claro que lo es!

—Es preocupante que debajo de tu diversión no logres entender la gravedad del asunto. —dijo, antes de darle un trago a su séptima botella de cerveza.

—Si me explicaras tal vez podría hacerlo. Podría entenderte.

Taehyung hizo un ademán con la cabeza, dándome la espalda. La palma de mi mano fue directo a su hombro tratando de reconfortarlo, él se escabulló de mí.

—No tiene caso.

Se puso de pie y metió las manos a los bolsillos de su pantalón, lo vi caminar en todas direcciones; preocupado, recordando.

—Dime qué fue lo que pasó.

Él dejó salir el aire que había estado conteniendo.

—La llevé a un montón de lados ese día. Ella estaba triste porque nadie salvo sus padres la había felicitado. Yo sabía que esa era mi oportunidad, sabía que si WooRi se daba cuenta de lo feliz que yo podía hacerla, entonces ella...

—¿Qué pensaste?, ¿Qué iba a dejarlo por ti? ¿Creíste que WooRi de pronto se enamoraría de ti?

—¡Por supuesto que no! —escupió, mirándome con ojos fulminantes.

—¿Entonces?

—WooRi parecía estar respondiendo a ello inconscientemente. Empezó a dudar y a mí me entró el pánico, sentí que estaba traicionando nuestro significado de amistad, que estaba aprovechándome de la situación.

—Y, ¿no?

Se frotó la cara con las manos, exasperado. —Es que tú no lo entiendes.

—Porque no me estás diciendo absolutamente nada.

Volvió a sentarse en el taburete y se llevó la botella a la boca pero se detuvo, quedándose completamente quieto mientras miraba la fotografía enmarcada que estaba sobre el mueble a su lado. La foto era la inmortalización del momento en que una WooRi y una Bo-mi de veinte años, festejaban el cumpleaños número veintiuno de Mari-na. Usábamos vestidos cortos, maquillaje ostentoso y tacones. La imagen proyectaba todo lo que nosotras éramos en ese momento: Felices, ambiciosas, soñadoras e inseparables. Era nuestra foto favorita de todos los tiempos.

Hasta Que El Sol Se CongeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora