09 - Paso por paso

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Capítulo 9

Odiaba el hecho de que Dalter no se fuera de mi mente ni siquiera en el momento de ver una serie antigua de Disney Channel; y no negaba que estaba interesante. Cada frase cursi, cada mirada intensa entre el personaje principal y su enamorado lo terminaba relacionando con el rubio psicópata que rondaba mi vida, y la volvía revoltosa cabe aclarar.

Charles tenía uno de sus brazos abrazándome y el otro sosteniendo el pote de palomitas, sus ojos brillaban por aquella película y se veía como un niño cada que algo lo emocionaba o le molestaba. Sus partes favoritas eran la de las canciones.

— Se enamorará del chico de granja — dijo Charles y me observó levantando ambas cejas de forma coqueta, reí ante ello —, ¿no es así? Dime que crees.

Me llevé una palomita a la boca y luego observé las escenas de la protagonista y el afortunado chico pintando lo que parecía ser un gallinero.

— Es algo obvio, él puede ser mandón pero está ahí, soportándola.

— Hay que querer mucho a alguien como para esperar tanto tiempo a que cambie.

Tenía razón, por ello solo asentí.

— ¿Crées que se besarán ahora?

Charles se llevó la mano al pecho fingiendo ser una chica y luego me miró con una expresión divertida — ¡Ay, Eider, solo piensas en eso!

Carcajeé — ¡¿En qué?!

— ¡E-En besos y... esas cosas de personas adultas! — exclamó fingiendo indignación y luego plantó un beso sobre mis labios —. Te amo. Pagaría millones por hacer que este momento no se acabe.

Sonreí y le devolví el beso — ¿millones? Esto vale más.

— Obvio, sin contar las palomitas, esto vale millones. Me salieron De-li-cio-sas.

Pasamos horas viendo películas de Disney hasta que el sueño ganó a Charles. Nos encontrábamos acostados en la habitación, bueno, él estaba acostado y yo sentada con un libro en mano. Charles parecía estar en el séptimo de los sueños, sería incapáz de despertarlo hasta con una bomba.

Dí vuelta a la página del libro que tenía en mano y continué leyendo aquel capítulo narrado por el chico; esos siempre hacen que diga "un capítulo más". Sonreía ante los mínimos roces que habían entre la protagonista y el afortunado chico, si me viera desde otra perspectiva me llamaría niña cursi.

Un flechazo en el pecho, de esos que duelen, se me presentó al recordar la bella e inocente sonrisa de Melania mientras yo leía para ella. Siempre solía preguntar cosas que tampoco sabía ya que leíamos al mismo tiempo como "¿Qué pasará? ¿Qué hará? ¿Crées que sucederá esto?".

Reí ante los recuerdos y una lágrima rodó por mi mejilla.

¿Cómo era posible extrañar tanto a alguien que, cuando la recuerdas, automáticamente una lágrima pesada deja tus ojos? Eso era el verdadero sentimiento de extrañar.

Cerré el libro y me dirigí hacia el baño. Me encontraba lavándome el rostro cuando mi celular picó varias veces. Me sequé y lo encendí. Me quejé ante el brillo de este, siempre lo tenía bajo pero durante el día solía subirle.

Número desconocido:

Aló, Pacalí.

— No podía dormir, Aghs.

Fruncí el ceño y sonreí. Antes de escribir alguna respuesta, cerré la puerta del baño y me senté sobre el retrete.

— ¿Ah, sí?

Fuera de nosotros mismos ✔ | (+18)  #2 PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora