PREFACIO.
Fedora Ivanova.
El Inicio.
Mis pasos resonaban por el frio piso, el ascensor estaba dañado y necesitaba llegar lo antes posible al último piso, el ultimo de unos cien, y solamente me faltaban cinco pisos, el aire no llegaba a mis pulmones, tenía que detenerme unos escasos segundos, pero no tenía esos segundos.
El pantalón de chándal se pegaba a mis muslos, sentía como el sudor recorría por mi espina dorsal, empapando el jersey que traía puesto.
Tomé impulso y seguí corriendo, las escaleras se me hacían eternas, ¿Cómo alguien decidía vivir en el último maldito piso? Pero lo peor era ¿Por qué me importaba tanto?
Mi corazón gritaba la respuesta que mi mente tanto se negaba en aceptar, no podía tirar por la borda una relación de años, John ha estado conmigo desde siempre, apoyándome y festejando mis pequeños logros, no podía simplemente dejarlo por la sensación que me abordaba cada vez que estaba cerca de la francesa de mirada profunda.
¿Acaso simplemente no podía dejar que todo siguiera su curso?, ¿Quedarme conforme con lo que ya tenía y ser una persona normal, estar en mi zona de confort, en lo que ya estaba acostumbrada?
No. Tenía que sentirme plena y llena de vida, llena de adrenalina al lado de una mujer que solamente me observaba, no decía una sola palabra. No podía entender lo que pasaba por su mente. Habían pasado 5 años en el que no nos veíamos, no estábamos juntas; y luego regresa simplemente mirándome detallándome y escuchando cada cosa que pueda salir por mi mente. ¿Acaso eso era lo que me tenía atada a ella?
Ya no tenía que ser Fedora la caja de Pandora, no, ahora simplemente desvelaba mis propios secretos, mis propias preocupaciones y ella me escuchaba atentamente, analizando cada palabra. No decía lo que yo quería oír, nunca decía nada. Su silencio era eterno, pero aquí estaba yo corriendo como loca para ir detrás de ella.
Mis ojos me avisaban de que ya estaba llegando al final del camino por el que tanto estaba agonizando, mi respiración era pesada, estaba cansada, exhausta; había casi que corrido una maratón de 20 pisos dónde solamente anhelaba que ella estuviera bien.
Me encontraba en la cima del edificio, justo en la puerta de su pent-house. La puerta medianamente abierta, mostrándome el interior y como unas dulces notas resonaban por la estancia, alguien tocaba el piano.
No era la primera vez que venía a este lugar, puedo decir que conozco cada rincón de este piso, los grandes ventanales que mostraban la cima de Paris, la torre Eiffel era la cima de esta ciudad y este pent-house era la cima de esa torre. Todo estaba perfectamente ordenado, cada cosa estaba en su lugar, el mármol del piso brillaba mostrándome mi reflejo, podía observar mi estado en el frio piso, como hiperventilaba y estaba bañada en sudor.
Mis ojos barrían todo, buscando la silueta que anhelaba observar.
Maara se encontraba sentada en un pequeño banco frente al piano que soltaba las notas que se intensificaban, era aquella canción que tanto tarareaba cuando éramos unas adolescentes.
Varias botellas de coñac estaban vacías en el piso, el olor a alcohol emanaba de ella, su cabello largo cayendo sobre su espalda, cubriendo las curvas que no me cansaba de admirar. Sus manos no se detenían por mi presencia, seguía tocando con fervor.
---Maara---hablé por fin acercándome con cuidado, lucia tan frágil y débil que por un segundo creí que mi voz la quebraría---estoy aquí por fin.
No me observaba o decía palabra alguna, solo seguía tocando, pero esta vez canto la canción.
>> I'm going under and this time I fear there's no one to turn to this all or nothing way of loving got me sleeping without you Now, I need somebody to know
Somebody to heal, somebody to have Just to know how it feels, It's easy to say but it's never the same I guess I kinda liked the way you helped me escape <<Sentía como su roto corazón sangraba con cada palabra que salía de su rasgada voz, no había notado que lloraba mientras seguía cantando, sus dedos afanosos se movían por las piezas del piano, pero las irrumpió de manera abrupta.
Su cuerpo se tambaleaba, y su risa resonaba por todo el lugar, la música y la tranquilidad había terminado, el silencio se hacía cada vez más pesado y difícil de llevar. Su esbelto cuerpo estaba cubierto por uno de los tantos vestidos que he diseñado para ella, pero en esta ocasión tenía ese negro que tanto le gustaba.
La tela se ceñía a su figura, viéndose como una sola piel, le llegaba hasta las rodillas, este vestido era de un solo hombro, la tela le cubría todo su brazo derecho y en el izquierdo los tatuajes que adornaban su piel, el escote recto cubría lo necesario, y ahí estábamos, en el mismo ciclo, ella observándome mientras reía.
Pero esta vez fue diferente, esta vez ella habló.
--- ¿Qué haces aquí? ---la pregunta salió disparada, cargada de odio y repulsión--- ¿Vienes a seguir pisando los trozos que me quedan?
Sus pasos eran lentos, pero firmes, avanzaba a mi búsqueda y yo estaba estática, clavada en el suelo mirándola con detenimiento.
---Lárgate Fedora Ivanova---se va de largo, pasando de mí.
Pocas veces en mi vida me he sentido miserable y reducida a nada, este momento sin duda era uno. ---No necesito a cobardes que dicen amarme para luego largarse.
---Maara yo---las palabras no salían, no podía decirlas---solo escúchame un segundo.
---Ya has tenido miles de segundos y todos han sido desperdiciados por tu miedo---responde con crudeza, castigándome, decidiendo por las dos.
La frialdad de su voz me aterra, una cosa es que Maara Dubois Bastien repudie al mundo y haga sentir inferior a los demás y otra es que me lo haga a mí.
---Tienes razón, pero debes entenderme---me excuso, su risa vuelve a aparecer, no hay nada de humor en ella.
--- ¿Debo entender que te cases? ---increpa estrellando la botella de licor contra la pared que tiene a un costado--- ¿Entender que te niegas a amarme?
---Maara no---retrocedo cuando avanza en mi dirección.
---Vete Fedora---susurra cuando está frente a mí, pegando sus tibios labios en mi frente---debes irte, tienes que casarte.
*IMAGEN DE MAARA TOCANDO EL PIANO*
ESTÁS LEYENDO
FEAARA (YOU FOUND ME)
Teen FictionFedora Ivanova ha crecido desde las sombras de su familia, guardando los oscuros secretos que las personas le confiesan, volviéndose una caja de Pandora, que nunca se abrirá. Ya han pasado cinco años desde que su padre había muerto, decidió alejarse...