Pov:thoma
Pasaron unas horas desde que Ayaka me encontró. Desperté con un leve calor a lo largo de mi cuerpo, abrí un ojo lentamente mientras acababa de tomar consciencia, para encontrar a Ayato durmiendo encima mío.
Me sonroje al recordar lo ocurrido por la noche, todavía seguía preguntándose todas esas cosas.
Me quede viendo como el joven Kamisato descansaba plácidamente sobre mí, una leve sonrisa se apoderó de mi rostro durante unos segundos, hasta que note como el mismo levantaba la mirada con un ojo entre abierto.- Thoma..., Qué hora es...? - frotó su ojo con cuidado mientras soltaba un pequeño bostezo.
- Uh, no estoy muy seguro. De todos modos ya iba a levantarme-... - si voz me interrumpió una vez más contradiciendo mis intenciones.
- Quédate un ratito más... y nos levantamos juntos... - balbuceó somnoliento el de ojos azules.Realmente no entendía muy bien la repentina actitud de Ayato. No solía ser tan "cariñoso" si es que así se le puede decir. Es cierto que casi nunca tuvimos la oportunidad de estar completamente a solas. Será por eso?
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El rato pasó y ambos descansados nos levantamos y salimos de sus aposentos. Al llegar al comedor, Ayaka se encontraba sentada ya desayunando. Al vernos llegar nos recibió con una mirada desafiante, que nos avisaba de que algo nos iba a decir. Ayato y yo nos sentamos junto a ella, esperando por su comentario.
- donde estabas thoma? - preguntó la misma. Toda la hacienda estuvimos buscándote esta mañana y no te encontramos por ninguna parte.
- Yo... sólo estuve ayudando a Ayato con unos negocios pendientes con el clan Kojou. - respondí un tanto nervioso, probablemente nunca le había mentido a Ayaka, pero no sabía qué explicación quería dar su hermano, así que no me arriesgue y tome la opción fácil.
- Estaba tan cansado que Thoma me llevo a mis aposentos y le pedí que se quedara conmigo, su presencia me reconforta y dormiría más a gusto. Y he de decir que así fué. - continuó ayato mientras le daba un sorbo a su té mañanero. A este parecía no importarle admitir que dormimos juntos. Así que me despreocupé. Un suave rubor coloreó mis mejillas al oír ese "halago" procedente de Ayato.- ya veo, me alegro por ello. - le contestó la joven. Hace una hora aproximadamente os encontré abrazaditos, mientras dormíais plácidamente. - forcejeó la misma.
Ambos nos sonrojamos y desviamos la mirada de la joven de pelo azul. Evitando que el ambiente se tornara incómodo, con permiso, me retire a mi cuarto para empezar a preparar la maleta del viaje que comenzaríamos al día siguiente.
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Unas camisetas, abrigo por si el sitio es frío y comida para animales, siempre hay que ir preparado. Ese era el resumen de mi equipaje.
Una vez ya terminado, me reuní para almorzar con el famoso oni escarlata, "Arataki Itto", un buen amigo mío. Hacía tiempo que no hablábamos y quisimos ponernos al día.
No estoy muy interesado en los "cotilleos" pero se ve que está enamorado del amigo perro de la señorita Kokomi, el general de sus tropas. Hablaba mucho sobre él y se notaba que realmente estaba perdido por él.
Yo le conté sobre el regalo de los hermanos Kamisato, y me pidió que le contara todo al regresar del viaje. La comida se hizo larga de tanto hablar.Nos despedimos con un fuerte abrazo y marchamos a nuestro hogar.
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La noche se hizo, el cielo se había tornado de un color carmín, iluminado por el último rayo que emitía el sol. La hacienda Kamisato se encontraba en silencio, como de costumbre. Yo estaba terminando de empacar lo necesario para el viaje, hasta que una criada entró a mi habitación llamando levemente a la puerta de esta. Me informó de que el comisario Ayato me esperaba en la casa del té Komore. Quería hablar urgentemente a solas conmigo, y pensó que en aquel "restaurante" tendríamos privacidad, no se equivocaba. Aquel sitio por las noches era completamente silencioso y tranquilo, al contrario que por el día, que habían shows de música, entre otros.
Con prisa me vestí con mi ropa cotidiana y salí de la hacienda con destino a la ciudad de Inazuma. De camino me topé con conocidos, que querían hablar contigo, pero tuve que evitarlos ya que lo que necesitaba Ayato parecía importante, y quería llegar lo más pronto posible.
Taroumaru me recibió con unos lametones en la cara. Hacia unos días que no pasaba por ahí y ya me echaba de menos. Me acompañó hasta la puerta cerrada una sala privada que estaba al final del pasillo. Desde fuera se podía oír una música que envolvía un ambiente tranquilo. Taroumaru me ladró como despedida y se alejó dejándome solo.
Nervioso, abrí la puerta si llamar, para encontrarme al joven de pelo azul cristalino sentado solo tomando un té. Al notar mi presencia en la sala, levantó la mirada y se sorprendió levemente al verme.
- Finalmente estás aquí. - decía mientras sonreía y dejaba la taza en la mesa.
Me acerqué a la mesa y me senté frente a él.
- Perdón por la tardanza, me necesitabas? - le respondí mientras tomaba el té que pidió para mi, aún caliente.
Tímidamente entrelazó los dedos de sus manos dejándolas posadas en la mesa.
- Quería disculparme por lo de ayer a la noche. Estaba cansado y necesitaba afecto. No se si te pareció incómodo, realmente lo siento-
- no me molesto, esta bien. - le interrumpí. Puedes hacerlo siempre que lo necesites.
Pov: Ayato
Al oír esas palabras provenientes de Thoma, no pude evitar sonrojarme un poco. Realmente el se preocupaba por mí y siempre trata de ayudarme.No supe cómo reaccionar. Últimamente no me encontraba bien, el trabajo me estresaba y traumas del pasado me atormentaban estos días.
Saber que lo tendré ahí para mi me alivió.
Pov: Thoma
- Realmente quiero que sepa que puede contar conmigo para todo, tener la oportunidad de decírselo me alegró. - pensé.Unos instantes después, unas delicadas lágrimas brotaron del de ojos azules. Preocupado, me acerqué a él y le pregunté.
- Estás bien? Ocurre algo?
- No te preocupes, estoy bien. Solo me siento tan agradecido contigo que no supe cómo reaccionar. - me respondió.
Unos tonos rosados cubrieron mis mejillas, haciéndose notar. En ese entonces era yo el que no sabía cómo responder.
- Te quiero mucho Thoma. - dijo para abalanzarse hacia mi, dándome un tierno abrazo.
- Yo también te quiero, mi señor. - le respondí rodeándoles con mis brazos.
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Holaaaa, siento que el capítulo sea un poco corto, me caigo del sueño y quería publicarlo ya.
Un besazo y espero que os haya gustado <3
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