Cartas de Ryder Montgomery

A mi mejor enemiga

Elizabeth Green:

Sé que me extrañarás mucho. Que no podrás vivir sin mi encantadora presencia a tu alrededor.

También sé que debes estar rodando los ojos en este momento, porque a veces Katia es muy parecida a ti.

Pero a veces no. Y esta es la principal razón por la que te escribo (sí, sé que quieres que hable de nosotros, pero eso no sucederá, cuñadita)

Déjame hablar enserio, Elizabeth, por favor.

Katia siente muchísimo. Pero lo hace cuando nadie la ve. La he encontrado llorando en momentos en que otra persona creería que está feliz. Por eso te pido, que así como la protegías de mí, la sigas protegiendo (ahora de mi ausencia). Solo tú puedes sostenerla, porque ella te ama de igual manera que yo amo a Ben. Ella confía en ti, así que por favor, no la dejes caer.

Lizzie, soy consciente de que hemos tenido nuestras peleas, nuestros choques. Pero te prometo que nunca quise lastimar a Katia, ni a ti a través de ella. Solo me enamoré. Perdidamente. Quizá fue un regalo de Dios por la vida que me tocó. Quizá fue un regalo para ambos. Eso ya no importa, a pesar del dolor, nunca me arrepentiré de haberme enamorado de tu hermana. Ni de haberte llamado Cruella. 

Gracias por no haberme echado a la calle, porque aquí entre nosotros, sabemos que eres tú la que toma las decisiones en la casa.

¡Ay, pobre Ben!

En fin, te veré si llegas a ir al cielo

Adión, cuñadita

Ryder Montgomery