Cartas de Ryder Montgomery

A mi hermosa bebé

Jen:

Seré honesto contigo. No estoy listo para esto. Ni un poquito. No estoy listo para escribirte ni despedirme de ti. Es demasiado pronto, bebé. Demasiado pronto. Así que perdona si mis sentimientos se leen desprolijos, ni siquiera puedo escribirte de corrido. Y, lamentablemente, presumo que esta carta será un poquito deprimente para ti, pero te juro que lo estoy intentando. Aun así, cuando pienso en que no te veré crecer, se me parte el corazón en mil pedazos y no sé qué hacer para que el dolor desaparezca.

Jen, sé que no tienes idea de lo mucho que te amo. Bueno, ahora lo sabes: te amo con locura, bebé. El día que naciste y tus padres te pusieron en mis brazos, mi vida cambió. Para siempre. Fue uno de los días más felices de mi vida, lo juro. Pero no se lo digas a tu tía Kat, aunque sé que lo entenderá.

Todavía recuerdo tu manito aferrada a la mía, y esa sonrisa que me soltaste cuando hice bobadas para ti.

Extrañaré todo lo que hacíamos juntos. Te extrañaré a ti, bebe. Y daría lo que sea por seguir abrazándote una y otra vez, por volver a acunarte, por cocinar ese puré espantoso que tanto te gusta, pero mucho más por volver a verte sonreír a causa de mis ridículas expresiones.

Es por eso que odio esto, lo que soy. Odio saber que no podré estar contigo en los momentos más importantes de tu vida. Pero te prometo que tendrás la mejor de las vidas, solo confía en tus padres, tu hermano y tu tía.

¿Sabes que?, cuando pienso en ti, tengo la sensación de que serás como tu tía Katia, Jen. Y no sabes el gusto que me da. Serás inteligente, hermosa, fuerte, decidida. Estoy seguro. Y por más que no me veas, mi amor por ti jamás desaparecerá. Eres y serás mi bebé hermosa. Te amo tanto, tanto, Jen. Y aunque sé que tal vez no me recordarás, nunca olvides de que te amé incluso antes de que nacieras.

Siempre estaré orgulloso de haber estado en tu vida y la de tu hermano, fue un privilegio por mí. 

Te amo, Jen

Y sí, sé que te lo he escrito muchas veces, pero te amo 

P.D: Nunca olvidaré tus hermosos ojos castaños.

¡Ah! Y te heredo mis lentes. Créeme, Jen del futuro, cuando eras bebé los amabas. 

Aunque estoy seguro de que también querrás el Lancer.

Tu tío Ryder