Capítulo 3: Melodía de combate.

42 3 0
                                    

Donar, obedeciendo las ordenes especificadas, se reunió con los demás de su alrededor a las afueras del estacionamiento del Isgramor, había caras vistas la noche anterior entre estos, cuando fue a entablar conversación con uno de ellos, detecto una voz a lo lejos, Isgramor se situaba en otra plataforma de madera muy similar a la anterior, pero esta vez más pequeña, un hombre se encontraba a su lado:

-Este es Isgramor, el lider de la rebelión- dijo el hombre afirmando lo que pensaba Donar- mi nombre es Raft, seré vuestro entrenador en el arte de las armas, todo aquel que no se crea capaz de empuñar una de estas, que se retire a su hogar-grito a la vez que levantaba una espada con su mano derecha.

-Gracias Raft- interrumpió Isgramor- como bien ha dicho mi compañero, no estamos dispuestos a perder hombres por gusto, todo aquel que no sea capaz de matar, sera mejor que se retire y no vuelva hasta que tenga suficiente valor como para ello.

-¡Tú, el chico inverbe del fondo, ven aquí!- grito Raft.

Donar, sabiendo que no era el único chico de entre la multitud, que aún no gozaba de una frondosa barba, no se dió por aludido hasta que un hombre, quizas dos cabezas mal alto que él, le dió un ligero golpe con el codo.

-¡Hey chico! Te esta llamando a ti, yo que tu me daría prisa.

-Perdone, pero como esta segu...

Justo en ese momento, dos guardias interrumpieron la, si se puede llamar así, conversación.

-Chico, no me hagas llevarte a la fuerza- dijo uno de estos dos.


Donar, ya que no tenía opción, se dirigió hacia la plataforma de madera.

Una vez llegó allí, Raft le dió una espada tan poco afilada que dabala sensación de que tenía una sierra entre sus manos. Por un momento, donar dejó de pensar en ello y miró al frente, delante de él se encontraba Raft, en una posición un tanto amenazante. Entendió lo que estaba sucediendo, iba a batirse en duelo con este.

Raft corrió hacia Donar, el chico se apartó rapidamente.

-¡No queremos ratillas escurridizas muchacho, ataca!- gritó Isgramor.

Donar, siendo sometido por aquellas palabras, decidió abalanzarce sobre Raft, el corpulento hombre se aparto a la vez que golpeaba el rostro de Donar con la empuñadura de su arma. Cayó al suelo bruscamente. Intento levantarse, pero no fue lo suficientemente rápido como para evitar que Raft le diera una patada en el estómago, Donar toció sangre, ¿hacia falta eso para que Raft se diese cuenta de que el muchaco no tenía posibilidades? Donar no quiso pensar en ello, simplemente cerró los ojos, esperando que alguien le socorriese.

Un rayo de sol mañanero hizo que Donar se despertara, abrió los ojos, le escocía la la parte superior de su ceja derecha, levanto la mano izquierda para intentar tocarse la herida.

-¡Quieto! ¡No puedes imaginar lo que me ha costado cerrar esa herida!

Donar miró en dirección al lugar del que provenía esa dulce voz. Una joven de aproximadamente su misma edad, se encontraba ahora corriendo hacía el. Sus dorados cabellos se movían alrededor de su rostro, adornado con unos ojos de color marrón.


La chica se acerco a paso veloz hacia Donar, justo antes de que llegara, Raft se interpuso en entre los dos jovenes.

-Chico, levanta, ¡hay mucho que hacer!


Donar llevado de la mano de Raft, llegó donde se encontraban los demás reclutas.


-¡Ahora!-Pensó Donar al ver una barra de metal templado en el suelo.

-No chico, contente...- Susurro el mismo hombre que había visto cuando el desdichado al que queria golpear lo había llamado.

-Tú, ¿quien eres? y ¿por que me sigues a todas partes?

-No te lo puedo decir, aguarda hasta esta noche, nos reuniremos en la pequeña arboleda que hay al lado del campamento.

-Pero...- tartamudeo Donar mientras el hombre se alejaba.

-¡Vamos carroña! ¡A trabajar!

En Tierra De HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora