Capítulo 11 I El amor es complicado I

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POV AMITY:

– Amelia, necesito que mañana vayas a la empresa en la tarde, hay unos inversionistas a los que quiero que conozcas – le pido, desviando un poco la atención de la carretera para poder mirarla.

– Ya.

– ¿Estas bien? – le pregunte, al notar su comportamiento más seco de lo normal.

– Si.

Frene el carro y me gire para poder observarla fijamente. Ella no me estaba mirando, en realidad me estoy dando cuenta que su atención no está ni en mí, ni en el camino.

– ¿Qué paso? – indague con preocupación.

– Mentiste.

– No te estoy entendiendo – mentí, mientras levantaba una de mis cejas. En realidad, ya sabía por dónde iba el tema.

– Sabes a lo que me refiero.

– En realidad no lo sé.

Amelia se puso a jugar con la pelota antiestrés con ambas manos antes de hablar.  

– Luz Noceda – murmuro, mientras hacia una mueca.

Conversar con Amelia era complicado, me recordaba a mí, pero era más complicado leerla debido a que también se parecía a mi esposa y eso me desestabilizaba. Yo no tenía problemas para leer a las personas, el problema era que se me complicaba hacerlo cuando era esa persona era demasiado cercana a mí. 

– ¿Qué pasa con ella?

– ¿Quién es? – me pregunta, mientras ladeaba la cabeza.

– Mi amiga.

Ella arrugo sus cejas y por fin me miró. Su expresión es de reproche, esa mirada me recordaba a ella, y eso dolía.

– ¿Quién fue Luz Noceda en tu vida?

Vaya, al parecer mi hija no se había quedado con la curiosidad y la información a medias, me lo esperaba.

– Mi amiga – repetí. 

– Mentira. 

Exactamente, al parecer ya lo sabes.

– Amelia – le pedí, apretando con fuerza el volante.

– Madre.

– No entiendo que es lo que quieres lograr con todo esto – exprese, desviando la mirada.

– Solo quiero saber ciertas cosas, y la razón por la que nos estas mintiendo – confeso con una pequeña sonrisa.

– Es complicado, en realidad hay muchas cosas que hasta yo sigo sin entender – le explique, mientras hacia una mueca.

– No quiero todo, solo lo principal, solo quiero que no me mientas.

– Amelia, tú ya sabes todo, no entiendo para que hacer todo esto.

– Puedes mentirle a Alexa y no se dará cuenta, o tal vez simplemente no quiera darse cuenta, pero, yo soy otro caso. No intentes jugar conmigo. 

– Lo sé.

– No intentes mentirme, madre, detesto eso.

– ¿Desde cuándo detestas las mentiras? – pregunte con curiosidad.

Ella formo una sonrisa burlona en sus labios.

– Siempre las he detestado, pero, el mundo está conformado de ellas, porque la realidad es que las mentiras son el día a día de todos, no existe un mundo sin mentiras, no existen amigos ni familia sinceros, siempre hay mentiras, solo que algunas duelen más que otras – explico, mientras se recostaba más en el asiento.

SIN IMPORTAR LOS AÑOS - LUMITY AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora