Nuestro dolor

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Abandonarás los amaneceres

que fueron testigos de tu latir,

dejaras a los que estuvieron

y a los que están por venir.


Sé que no resistes,

sé que amas lo que aquí tienes

pero tu dolor,

mi dolor,

solo quiere que lo dejen ir.


Los tiempos han gastado tus pieles,

han devorado las mías,

por ello al tomarnos

el dolor se iba.


Somos dos dolores,

distintos pero iguales,

que al juntarse

todo parece alegrarse.


Nos entendemos sin palabras,

nos amamos pese a las distancias,

y si tú te vas,

sé que junto a mi estarás.


Porque te llamaré

a cada hora,

a cada instante,

para que mi soledad

no sea tan sola.


Esta condena que poseo

esta que tú conoces

porque pese a nuestras fuerzas

hemos quedado solas

en las noches,

en las tardes,

en los amaneceres.


La única en comprender

mis ojos tristes y solos

has sido tú,

debe ser porqué es tú mirada

el autentico espejo

de la mía.


Hicimos el dolor lindo,

hicimos la soledad compañera,

y ahora que tú te vas

tendré que buscarte en las sombras

para intentar creer

que no seguiré sola.


Ella te vendrá a buscar,

ambas lo sabemos

tú la llamas, y yo ruego

por un día encontrarlas,

como siempre, unidas

y tal vez poder abrazarlas.


Solo pido que me esperen,

no falta mucho tiempo

para reencontrarlas,

para sentirlas,

para reír del otro lado,

para cuidar a quienes amamos,

para fundirme en sus brazos. 

Retazos de esas cosas que nos pasan en la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora