México aún tiene en sus recuerdos el momento en el que se dio cuenta de sus sentimientos por el americano, ni siquiera quería aceptarlo, pero sabia que no podía negarlo. Se dedicó a ignorar al resto y seguir con su clásica rutina del trabajo en tiempo libre y más trabajo para variar.
Aún así el norteamericano nunca dejó de insistir por un tiempo juntos y buscar aclarar sus sentimientos y relaciones.
De hecho, tuvieron la peor primera cita que alguna vez recordarán. Para México la primera y última.