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— ¿Pero qué idioteces son esas? — preguntó molesto. Ella estaba recargada en el umbral de su puerta con sus brazos cruzados — ¿Acaso te das cuenta de lo que aceptaste?

— Sí, Jean. Lo sé. Pero escúchame — respondió guardando la calma. El castaño suspiró y asintió —. Floch se distrae fácilmente si está conmigo, ¿Estás de acuerdo con eso?

— Sí, es cierto.

— Entonces, mientras más distraído esté, más ventaja tendremos nosotros en cumplir nuestro objetivo.

— Tiene sentido lo que dices. Sin embargo...

— Estaré bien, Jean — asintió con firmeza —. Mañana se nos ocurrirá algo, por el momento, debemos de seguir adelante con esto.

— Bien. Está bien.

Al amanecer, de inmediato y sin perder un segundo, se levantó de la cama y corrió hacia afuera de la torre. Estaban teniendo un banquete allá afuera, dando por iniciada una nueva etapa en sus vidas. Sin murallas, sin titanes, sin nada que les quite la libertad.

Entró a la habitación de la chica, sólo para encontrarse con el cuarto solo. Suspiró profundo y salió de inmediato también de aquella torre.

— ¡Armin! — exclamó con alegría al verlo a unos pasos. A su lado estaba Connie y enfrente de ellos estaban Falco y Gabi. Los cuatro llevaban bandejas de comida. Inmediatamente corrió hasta ellos — ¡Gabi, Falco! — a este último lo abrazó.

— Mikasa nos contó acerca del plan — dijo Armin, en voz baja. Ava lo miró y asintió.

— ¿Cómo que te vas a casar con Floch? ¿En qué estabas pensando? — preguntó Connie. Fue la misma reacción que Jean.

— Escucha, él podría estar distraído y nosotros tomaríamos ventaja — respondió Ava, también en voz baja.

— ¡Ava! — exclamó Floch, algunos metros alejado de ella.

— Ayuda — susurró al par de chicos —. Sólo sigan el plan, todo saldrá bien — miró a los niños, les regaló una sonrisa —. Cuídense, chicos. Los quiero — nuevamente miró a Armin y Connie —. A ustedes también.

Se alejó unos pasos. Giró sobre sus talones para acercarse a Floch que estaba de brazos cruzados esperándola.

— Hola — saludó.

— Ven — la sujetó de su mano para alejarla de ahí.

— Oye, ¿Qué te pasa? ¿Ni un buenos días?

— No quiero que te alejes de mi en ningún momento.

— Floch, necesito mi propio espacio. No siempre debo de estar contigo.

— Pues yo creo que sí, porque hoy mismo nos vamos a casar.

— Un momento, ¿Qué dijiste? — se detuvo de golpe por dicho comentario.

— Que hoy mismo nos vamos a casar.

— Ni siquiera me lo consultaste.

— Creo que no hay necesidad de hacerlo. Digo, entre más pronto mejor, ¿No? — respiró profundamente, lo más profundo que pudo.

— Sí. Creo que... Sí — respondió.

— Vamos, Mikasa te ayudará con el vestido y todo eso. De hecho, lo escogí por ti.

— Ah, g-gracias.

Entrando a la habitación, se encontró con una Ackerman sentada sobre su cama y a una Müller esperando por ella. Zoe aguardó hasta que Floch se alejara de su puerta para comenzar a maldecirlo a diestra y siniestra.

Dusk Till Dawn; Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora