35.2

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6 meses después.

— Pero... ¿Cómo es eso posible?

— Seguramente... Antes de que todo terminara, la fundadora le ayudó con eso.

— Debió haber hecho que también despertara.

— Reiner, controlate.

— No, Armin, no puedo. Ava sigue sin despertar desde hacía 6 meses. Por lo único que estoy agradecido es que haya recuperado sus brazos, ¿Sabes lo difícil que es ver a la mujer que siempre has amado en ese estado y no poder hacer nada?

Se quedaron en silencio. Sabían que por más palabras de aliento que le brinden al rubio, no solucionará nada.

— ¿Puedo entrar a verla? — preguntó Jean un tanto temeroso por la respuesta de Reiner. Este asintió cabizbajo.

— Eres su mejor amigo. También tienes derecho a verla.

— Gracias.

Suspiró profundo cuando vio la puerta cerrarse. Armin y Connie le dieron leves palmadas en los hombros.

Sobre la cornisa de la ventana estaba una paloma blanca de pie mirando a la castaña dormir. Jean le restó importancia ya que la ventana estaba abierta. Se sentó en la silla que estaba al lado de la cama. Observó sus brazos, tal vez Armin tenía razón, la Fundadora alcanzó a regenerar sus brazos antes de que Mikasa diera por concluido el Retumbar.

— Hola — susurró llevando sus manos a los brazos de la muchacha. Ya ni siquiera tenían las cicatrices de las quemaduras que le nacieron cuando peleó en contra del Colosal —. Los doctores dijeron que una persona en coma puede escuchar. Mikasa se vio en la necesidad de... Matar a Eren. Por lo cual, el Retumbar terminó. Ya no sabremos nada de Titanes en un buen tiempo. No llegué a tiempo para que me vieras antes de que cerraras tus ojos... — suspiró — ¿Sabés? Te admiro bastante. Después de que me contaste por todo lo que pasaste desde tu niñez... Tu sonrisa seguía brillando así como tus ojos que me gustaba mucho ver porque me transmitían buena energía, me motivaban a seguir adelante. A mi me costó creer todo lo que me dijiste, pero... Desgraciadamente, parecías un imán de terribles acontecimientos. En ese momento, no sabés cuántas ganas deseé de haberte conocido desde niños y junto a Reiner protegerte de cualquier mal. Tú no merecías estar en este mundo cruel — rió bajo —. Con cada sonrisa, con cada victoria y con cada logro, parecía como si le demostraras al destino que no vas a rendirte en cada difícil prueba que te ponía.

Se levantó de su asiento para darle un pequeño beso en la cabeza.

— Te quiero, Ava. Espero que puedas despertar para ver el nuevo mundo.

Llegada la tarde, alguien más estaba dentro de la habitación. Acariciaba sus nudillos recordando que ahí se encontraban sus anillos de oros sujetados a las cadenas, también de oro, que se terminaban de unir en un brazalete de oro.

— Ahora entiendo tu dolor... — suspiró — Perder a las personas más importantes para ti en un sólo día fue un golpe muy fuerte. Lo peor de todo, es que fui yo quien le terminó la vida a Eren... — dejó que las lágrimas bajaran sin freno — Ruego por no perderte a ti también, yo no podría resistir otro golpe como ese — recostó su cabeza en la cama — ¿Recuerdas el día que nos conocimos? Esa noche Sasha y yo no teníamos alguna litera donde dormir, así que tú aceptaste que nosotros compartieramos cama contigo. A veces Sasha dormía a tu lado y yo frente a ustedes; otras noches dormía junto a ti y Sasha frente a nosotras; también dormías sola y Sasha y yo juntas.

Dusk Till Dawn; Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora