Bueno. Les subo este capítulo y dos más. Primero este hoy, porque quiero festejar que EL LIBRO YA ESTÁ TERMINADO, pero los capítulos todavía no son subidos. Los siguientes dos capítulos a las 12 de la noche como festejo de que es viernes y tienen su dosis de fin de semana.
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Tiempo después
Desperté lentamente. Me dolía demasiado la cabeza y mi brazo izquierdo. Analicé donde estaba. Una habitación pintada con un celeste pastel, tirando para blanco. Dos ventanas a mi izquierda con cortinas venecianas blancas. A mi derecha, otras dos ventanas anchas más, con el mismo diseño, en el otro lado había un pasillo. Luego, frente a mis ojos, un sofá gris lo suficientemente ancho para dos personas. Junto a él, una mesada.
Y ahora me observo yo. De verdad creí que iba a estár peor. Mi brazo izquierdo con algunos cables. Había un suero y algo más que me medía la tensión. Llevo mi mano a la cabeza, el golpe que me había propinado Cole, provocó que me realizaran unos puntos, creo yo, tenía una venda.
Sentí la parte derecha de mi cara hinchada y ni hablar de la poca visibilidad en ese ojo. Mi mano inevitablemente se dirigió a ella y percibí un bulto, que apenas toqué me causó dolor.
Me dolía el corazón, pero no por algo físico, más bien un dolor interno. Un dolor y una culpa inmensa. He hecho todo mal, y tal como él lo dijo, todo pasó por mi culpa.
Mi madre estaba con su móvil hablando mirando hacia la ventana. La voz que tenía era horrible, como si no hubiera dejado de llorar jamás. Papá no estaba y no supe por cuanto tiempo, hasta que entró de golpe yendo directo a mi mamá.
—Todo esto es una mierda. —soltó ella con sus ojos rojos.
Él la consoló. Yo no quería hacer ningún tipo de ruido. No aún.
Pasaron unos segundos, y la curiosidad pudo conmigo:
—¿Cómo están los demás?— saque fuerza a duras penas. Aun me zumbaban los oídos y no contaba con la potencia suficiente para mantener una conversación.
—¡Hija!
—¡Julia!
Ambos corrieron hacia mí y me abrazaron. Un abrazo cálido. Un abrazo seguido de llantos y palabras reconfortantes. Un abrazo que necesitaba desde el mismo momento dónde yo también, y sin decirlo, pensé que iba a morir.
Yo no quería morir, yo quería a mis padres. Verlos y ya.
Y aquí están, pero…no todos corrieron con la misma suerte.
—¿Cómo está Ari?
Ambos se miraron y luego de que él suspiró, contestó:
—Muñeca....
—¿Qué?
—Luego hablas con su familia—acarició mi cabello.
—¿Murió?
—No, por Dios.
—Pero habla después con ellos.— inquirió él.
—¿Y Cole?
—¿Qué hace alguien como él luego de matar a un centenar de personas?
—De igual manera—interrumpió mi madre antes de que él siguiera dando más información—, debes descansar, ya habrá tiempo para eso.
Pero yo no quería esperar.
—La…— tosí—la bomba. Cole tiró un explosivo en la biblioteca.
—Hijo de puta.—masculló mi padre.
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Hasta Siempre ✅
Ficção AdolescenteDicen que no hay mal que por bien no venga. Que después de la tormenta siempre sale el sol. Pero ya habían pasado dos meses y seguía esperando. Había tirado la bandera... Y entonces, apareció él. © Todos los derechos reservados Queda totalmente pro...