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Las cosas no podían haber ido peor.

Filch nos llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso, donde nos sentamos a esperar, sin decir una palabra.

Harry temblaba.

Yo estaba más pálida que Binns.

No podía imaginar cómo íbamos a evadir el problema esa vez.

Estábamos atrapados. 

*¿Cómo habíamos podido cometer la estupidez de olvidarnos la capa?*

No había razón en el mundo para que la profesora aceptara que estaban vagando durante la noche, para no mencionar la torre más alta de Astronomía, que estaba prohibida, salvo por las clases.

Si a eso le añadíamos a Norberto y la capa invisible, ya podíamos hacer las maletas.

¿Era eso lo peor?

¡No, que va!

Cuando la profesora McGonagall apareció, llevaba a Neville con ella.

-¡Harry! Estaba tratando de encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que Dafne y tú teníais un dra...- Harry negó con la cabeza, para que Neville callara, pero McGonagall lo notó.

-Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que estabais en la torre de Astronomía. Es la una de la mañana. quiero una explicación.- amenazaba ella.

Ninguno respondimos. 

-Creo que tengo idea de lo que sucedió. No hace falta ser un genio para descubrirlo. Os inventaste una historia sobre un dragón para que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Os he atrapado. Supongo que os habrá parecido divertido que Longbottom oyera la historia y también la creyera, ¿no?- preguntó McGonagall. 

Harry se mantuvo callado, pero yo no podía.

No podía ver la mirada rota de Neville, no podía... soportarlo.

-Nunca quisimos que Neville se enterara, esto no estaba en nuestro plan. Lo siento mucho, Neville.- mentí a la profesora.

Neville me dirigió una sonrisa.

-Estoy disgustada. Cuatro alumnos fuera de la cama en una noche. ¡Nunca he oído una cosa así! Tu, Dafne Diggory, tenía otra visión de tí. Y tú, Harry Potter...Creía que Gryffindor significaba más para ti. Los tres sufriréis castigos... Sí, tú también, Longbottom, nada te da el derecho a dar vueltas por colegio durante de noche, en especial esos días, es muy peligroso y se os descontarán cincuenta puntos de Gryffindor.- sentenció la profesora McGonagall. 

Por el rabillo del ojo vi a Hermione, escondida detrás de la puerta, escuchando la conversación con detenimiento.

-¿Cincuenta?- resopló Harry.

Con eso, nuestra ventaja en Quidditch ya no contaba.

-Cincuenta puntos cada uno.- dijo la profesora McGonagall, resoplando a través de su nariz puntiaguda. 

-Profesora, por favor...- rogaba Neville.

-Usted, usted no...- se quejaba Harry.

-No me digas lo que puedo o no puedo hacer, Harry Potter. Ahora, volved a la cama, todos. Nunca me he sentido tan avergonzada de alumnos de Gryffindor.- habló con dureza la jefa de la casa de los leones. 

-Y yo también estoy decepcionada de la jefa de casa, que nos insta y escarmienta para ganar una copa que usted desea más que nosotros y que al mínimo error cometido ya nos quita toda oportunidad de victoria. Que no ganemos este año no será culpa nuestra, será culpa de usted y su severidad, así que cuando vea la copa en manos de Snape no nos venga a reclamar a nosotros, que solo hemos estado unos minutos fuera.- dije con enojo antes de salir de ese despacho y cerrar violentamente la puerta.

La menor de los Diggory (Draco Malfoy y tú ) Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora