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Los exámenes habían empezado ya y el estrés se notaba en todas las clases, todos los pasillos, todas las conversaciones. 

El calor hacía el estrés más difícil de soportar. 

Nos habían entregado plumas nuevas, hechizadas con un encantamiento antitrampas. 

También hacíamos exámenes prácticos.

El profesor Flitwick nos llamó uno a uno al aula, para ver si podíamos hacer que una piña bailara encima del escritorio.

La profesora McGonagall nos observó mientras convertíamos un ratón en una caja de rapé.

Snape intimidó, respirando sobre las nucas de algunos desgraciados (Harry, Ron, Neville, Hermione, Seamus y casi todo Gryffindor) mientras tratábamos de recordar cómo hacer una poción para olvidar. 

La verdad es que esa mañana, después de nuestra aventura en el bosque, no había podido dormir bien. 

No había pensado en las palabras de Bane, ni en el regreso de Voldemort, no.

Había estado pensando en el Slytherin que tenía a dos asientos de distancia.

El último examen era de Historia de la Magia.

Una hora respondiendo sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que removían su contenido y podríamos tocar la libertad de habernos quitado los exámenes de encima.

-Esto ha sido mucho más fácil de lo que pensaba. No necesitaba leer el Codigo de Conducta de los Hombres Lobo de 1637 o el levantamiento de Elfrico el Vehemente.- dijo Hermione, cuando nos reunimos en el parque soleado.

Hermione volvió a repetir todos los exámenes mentalmente, pero yo me entretuve viendo a los gemelos Weasley y a Lee Jordan pinchando los tentáculos de un calamar gigante que tomaba el sol en la orilla. 

-Basta ya de repasos, podrías alegrarte un poco, Harry, aún falta una semana para saber lo mal que nos fue, no te preocupes ahora.- suspiró aliviado Ron, estirándose en la hierba.

Harry se frotaba la frente de una manera muy extraña.

-¡Me gustaría saber qué significa esto! Mi cicatriz sigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguido como ahora.- Harry lucía totalmente preocupado, hasta un extremo un poco preocupante. 

-Ve a ver a la señora Pomfrey, esa mujer hace milagros.- le sugerí yo.

-Harry, relájate un poco, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al Quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore.- dijo Hermione de una forma muy consistente.

Una lechuza volando hacia el colegio llamó mi atención.

Hagrid era el único que le había enviado cartas a Harry.

Hagrid nunca traicionaría a Dumbledore.

Nunca le escondería nada...

No podía ser.

Harry, súbitamente, se puso de pie de un salto.

-¿Adónde vas?- preguntó Ron con aire soñoliento.

-Acabó de pensar en algo. Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora.- Harry se había puesto pálido.

-¿Por qué?- suspiró Hermione, levantándose.

La menor de los Diggory (Draco Malfoy y tú ) Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora