11. Ojo de loca no se equivoca

37 8 0
                                    

María

¿Que hacía aquí?

Pestañee varias veces para comprobar que si fuera ella, y... Si, era ella

Pero, que hacía aquí?

No lo se, averígualo

Cómo!?

A no se

—... entonces es muy difícil...  Me estás escuchando?—me preguntó Alejandro de repente

Sacudí mi cabeza espantando mis pensando

—Lo siento, no te estába escuchando, que decías?

Río suavemente y después me miró fijamente

—Que pasa? Has estado así desde hace un rato, no te está gustando la cita?

Oh no

—Para nada, es solo que... Por allá —señale a la mesa donde se encontraba María—Está María

El vio instintivamente hacia donde le señalé, cerro los ojos un momento y maldijo en voz baja

—Tienes razón al sentirte incómoda, vamos a algún otro lado, si? Para que te sientas mejor

—No es necesario -Dije rápidamente— De seguro gastaste mucho dinero en la reservación, no quiero que la cita se arruine por mi estúpida sensibilidad

Supe que lo que había dicho no le gustó, me miraba de forma neutral

—Para nada, está cita la podemos volver a hacer, no quiero que estés aquí sintiendote incómoda, tu eres primero, siempre te tienes que poner primero a ti que a los demás

Siempre me sentí como un complemento, siempre estuve para mis amigos, pero ellos no estuvieron para mí, siempre los puse primero

Porque sentía que si no lo hacía se alejarían, y no quería quedarme sola

No sabía que decir, un nudo en mi garganta no me dejaba que las palabras salieran

—Iris, la próxima vez no aguantes la incomodidad, de acuerdo? Si tú no disfrutas la cita, que sentido tiene?

Ya estaba, mis ojos se cristalizaron

Trataba de no llorar en público, pero esto fue inevitable

Mis ojos estaban derramando lágrimas

—Gracias— Susurré.

El sonrió y me pasó su pulgar por debajo de los ojos

—No tienes nada que agradecer—Dijo besando mi frente

Seguido a eso se levanto, tomo mi mano y nos fuimos de ese restaurante

Inmediatamente sentí un aire de libertad, como si desde que entré en el restaurante me hubieran puesto un saco de 100kg

Pero eso no podía durar mucho, por supuesto

Bautizada con agua de playa

Al salir de restaurante nos paramos en la acera y unos minutos después salió María

La cereza del pastel

Ella y yo nos vimos fijamente, su mirada era indescifrable

Pensé en saludarla pero, había algo en mi que me decía algo malo va a pasar, y no me refería a algo "malo" de muerte o algo así

Me refería a que, en estos momentos María no estaba ahí parada para hablar, ella quería algo, la conocia muy bien

Lo único que pude hacer fue apegarme a Alejandro y el reacciono

Ahora ya no duele [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora