3O. Mariposas.

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Lindo.

¿Desde cuándo recibir un simple halago le hacía sentir así?

Otras personas le habían dicho ese y más apodos, pero en esas ocasiones no hacía más que elevar su ego por las nubes. Esta vez, extrañamente, no resultó tan así. En verdad le gustó.

Tal vez hubiera sido por el hecho de que fuese JiMin quien lo dijera, conociendo la personalidad tan introvertida de él.  Vaya que lo tomó por sorpresa. Porque si era cierto que sus conversaciones desde aquella llamada se habían vuelto más espontáneas y menos forzadas, sin embargo aún no existía esa confianza suelta entre ellos.

—¿Qué te sucede, Koo? —la voz de su amigo lo hizo despabilar, apagando su teléfono para mirar a TaeHyung. Se enfocó tanto en la conversación con JiMin, que olvidó por completo en dónde y con quién se encontraba.

—¿Qué? —preguntó, confundido.

—Por la sonrisa de idiota que tienes en la cara. —Se burló, dándole una palmada en el hombro al menor—. Además pareciera que te hubieran puesto rubor en las mejillas, tonto.

Cuando JungKook fue consciente de sí mismo sintió el ligero dolor en su rostro, dándose cuenta de que tal vez estuvo sonriendo durante más tiempo del que creyó y que su amigo no se equivocaba. Rápidamente arregló su expresión a una más normal, negando con la cabeza mientras se reía.

No podía creer que en serio ese hubiera sido su rostro durante toda la conversación con Park y de solo imaginar que TaeHyung logró observarlo, lo llenó de vergüenza interna.

—No es nada… solo miraba un video que me hizo gracia. —se encogió de hombros tratando de parecer lo más tranquilo posible, ignorando la mirada burlona de su mejor amigo.

—Mmm, muy raro.

—No es raro, cierra la boca.

JungKook lo empujó por el brazo, tratando de huir cuando TaeHyung se volteó con la intención de devolverle el golpe. Fue tarde y Kim lo encerró en una clase de llave alrededor de su cuello, ambos terminando entre risas genuinas que devolvieron al ambiente a su naturaleza juguetona. Eso le hizo suspirar de alivio al menor, porque no quería tener que explicarle por qué parecía que había formado una amistad con su crush de un día para otro.

—¿Quieres seguir jugando, Tae? —dijo luego del agradable silencio, tomando el mando de juego mientras miraba al contrario.

—Contigo siempre. —La cuadrada sonrisa de TaeHyung apareció, sentándose a su lado de una forma torpe que solo los hizo estar ridículamente cerca pero no le molestó. Estaba acostumbrado a su afecto pegajoso.

JungKook correspondió el gesto con sus labios, sin perder la mirada de su amigo durante unos largos segundos sin que este se diera cuenta, pensando cómo terminaría todo ese asunto del amor platónico por JiMin. Todo se había vuelto más complicado al conocer la confusión por la que estaba pasando, la confusión de un chico que no estaba seguro de lo que quería ni sentía; un terreno peligroso de explorar porque sabía bien que para Park no sería fácil admitir que gustaba de alguien de su mismo género, cuando hace poco eso era impensable en su mundo.

Si tan solo… pudiera ayudarlo más.



(...)



Justo como planearon, así se encontraron en la biblioteca el día siguiente en recreo. Tuvo que dar una breve excusa a sus amigos de por qué no iría directamente con ellos a la cafetería, algunos le empezaban a observar con duda porque no era la primera vez que hacía lo mismo pero simplemente desistió de prestarles atención, en especial a TaeHyung que le pedía en silencio una respuesta.

Crush Culture┃JiKook AU!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora