Crush Culture┃JiKook AU!

81. Dulce como caramelo.

Se sentía emocionado y nervioso al mismo tiempo ante la visita de JiMin a su casa. Era algo completamente distinto, ya que sería la primera vez que vendría a su hogar desde que se conocieron, y además, estaría conviviendo con su madre. Su deseo era que JiMin se sintiera cómodo y que todo saliera bien.

Durante toda la mañana, estuvo reflexionando sobre qué otras actividades podría realizar con JiMin, además de la cena. Le había sugerido que viniera unas horas antes de ese momento específico para pasar la tarde juntos hasta la noche. Él aceptó.

Le avisó a su madre y ella solo se rió de su notable entusiasmo, no podía ocultarlo cuando ella conocía bien los motivos por los que se encontraba así.

El día transcurrió rápidamente; se vistió con ropa más presentable que sus cómodos joggers de casa, y de repente, se dio cuenta de que solo faltaba una hora para la llegada de JiMin. Su madre ya estaba en la cocina preparando la cena, y él había entrado varias veces en busca de algo para comer. Sentía cierta ansiedad, no lo culpen por eso.

—Cariño, ¿Qué haces aquí de nuevo? —su madre lo miró extrañada, dejando de picar los vegetales. Su expresión decía que estaba por reír—. Esa es la tercera caja de leche de plátano que has tomado hoy.

JungKook bajó la mirada al envase en su mano, sintiéndose avergonzado al darse cuenta de que tenían razón; su comportamiento no había sido nada discreto.

—Perdón, solo estoy algo… nervioso, mamá. —dijo, tocando su oreja en un tic.

La expresión de su madre se suavizó, regalándole una sonrisa cariñosa mientras se lavaba las manos y las secaba con un trapo. Luego se acercó a él, envolviéndolo en un abrazo reconfortante que no sabía que necesitaba hasta ese momento.

—Entiendo que te sientas así porque es el chico que te gusta, pero tómalo con calma, Koo. Todo saldrá bien. —ella acarició suavemente su cabello, intentando tranquilizarlo, y funcionó, ya que se relajó en sus brazos. Soltó un suspiro, permitiendo que muchos de sus nervios se desvanecieran.

—Graciás, mamá.

—No dejaría que mi niño se enloqueciera.

JungKook se rió mientras se distanciaba un poco para poder mirar a su madre. No sabía qué habría hecho si ella no hubiera sido siempre tan comprensiva y paciente, respaldándolo en sus decisiones cuando era lo mejor.

—Mejor pon una bonita sonrisa en tu cara, no querrás que tu chico te vea así de ansioso ¿verdad? —se burló entre risas, tocándole la nariz con su dedo índice.

Frunció el ceño y sus mejillas adquirieron un tono rojo que no pudo controlar. La idea de que su madre lo molestara de esa manera le resultaba vergonzoso.

—¡No es mi chico, mamá! Sabes que no puede serlo.

Ojalá sí.

El suspiro que dejó escapar su progenitora indicó que entendía el motivo detrás de esas palabras. No podía interponerse en los intentos de Taehyung de acercarse a JiMin; lo suyo con él se limitaba a ser simplemente una amistad cercana.

—Si eso es lo que piensas, cariño, no voy a discutir contigo. —le dejó una última caricia en el hombro antes de regresar a sus quehaceres en la cocina.

Una opresión en su pecho surgió al recordar la realidad con Park, pero hoy no deseaba empañar su buen humor con dilemas existenciales y amorosos. No valía la pena.

Solo quería disfrutar con él este día.

En medio de la espera, se ocupó contestando algunos mensajes de sus amigos y optó por mantener en privado sus planes para el día, evitando inconvenientes. Lo más probable es que más tarde le cuente la verdad a YoonGi, su confidente en este enredo de sentimientos. A veces le preocupaba pensar en todas las cosas que le había ocultado a su mejor amigo, TaeHyung, pero por razones obvias no podía acercarse a él para explicarle lo que sucedía.