operación: enamorar a Sunoo. (SUNGSUN AU)

5.

Sunghoon sonreía brillante, en su cabeza la idea que en su aburrimiento en la clase de filosofía se le ocurrió, era maravillosa. Jake a su lado, lo miró inseguro, cuando su mejor amigo tenía algo en mente podría salir o muy bien, o muy mal, nunca había punto medio.

Esperó a que el timbre sonara y salieron ambos a la cafeteria, en su transcurso en silencio, Jake preocupado y Sunghoon con mirada perdida asintiendo repetitivas veces, se les sumó Heeseung, extrañado de ese ambiente.

—¿Planea un asesino otra ves?—Le preguntó a su novio en un susurro poco disimulado, Sunghoon ladeo la cabeza ante esa cuestión, ofendido.

—¡Yo no quiero matar a nadie!

—¿Ahora Park Jongseong se llama nadie?

Sunghoon quedo en silencio y bufo, su lobo quiso gruñir ante la mención de aquel alfa que siempre estaba con Sunoo, catalogado en su mente como su omega, y es que habían días donde queria observarlo, inhalar su delicioso aroma a fresas y no podía, culpa de que en ocasiones el aroma a kiwi lo opacaba.

—Como sea, se me ocurrió una genial idea.—Comenzó a contar mientras hacía fila para pedir su almuerzo, ignorando las miradas de aquellas omegas que querían su atención, algo incómodo por los aromas que expulsaban.—Pero esperen a que salgamos.—Hizo una mueca que sus mejores amigos entendieron rápidamente, Sunghoon le gustaba sentirse admirado, porque sabía que era lindo, pero la constante presión de miles de ojos observando cada acción que hacía o palabra que decía, solo quería hacerlo gritar de que lo dejaran en paz.

Tomaron sus almuerzos y fueron a los asientos del extenso patio que conectaba con la cancha de fútbol, la cual estaba con un par de jóvenes jugando, Heeseung y Jake no tardaron en mirar a su amigo para que prosiga.

—Señor idea millonaria, ¿Qué babosada tienes ahora en tu mente de maní?—Quiso saber Jake burlón picando con los palillos el kimchi, recibiendo una mala mirada por parte de Sunghoon.

—Se acerca san Valentin, ¿No?—Ambos chicos asintieron.—Entonces esta vez, no voy a quedarme de brazos cruzados viendo como otros idiotas hacen lo que yo nunca pude.

Heeseung sabía a donde iba esa pequeña frase llena de rabia, por lo que levantó las comisuras de sus labios, en una sonrisa nerviosa.

—¿Es lo que creo que dices?—Sunghoon sonrió en grande.

—Me voy a confesar a Sunoo.

Total, ¿que podría salir mal?