CAPÍTULO 1

183 8 3
                                    

Imaginároslo todo como una película.
Todo empezó con el típico chico de instituto, era guapo, alto, moreno, con buen cuerpo. Ya me entendéis. Este chico era creído, nunca se quiso meter en una verdadera relación, todo lo que tenía con las chicas era líos, y luego las dejaba con la excusa que arrasa...

"No estoy preparado para una relación seria".

El chico que todas querían tener, y el las que todas quería tener. El era Daniel, concretamente... Yo. Por una parte supongo que lo que me esta pasando me lo merezco, pero claro, no entenderéis a que me refiero si no os lo cuento.
Ese era mi último curso de instituto, y como os conté anteriormente, esa fue mi vida hasta que la vi. Era castaña de pelo, que por cierto lo tenía muy largo, pensando pervertidamente... Por debajo del cierre del sujetador, y liso, lo tenía muy liso. No era muy alta, mejor dicho, para mi era algo bajita, y tenía ojos de color verde. A simple vista, liarme con ella era realmente un lujo para cualquiera, total, parecía ser que sería otra de mis presas. Por lo que me acerqué a ella.

-Hola preciosa, ¿se puede saber con quién tengo el honor de hablar?.- dije yo, como no, seguro de mi mismo.

-Resulta que no. Uno, por que yo no estoy hablando contigo. Dos, empezando así una conversación nunca lo conseguirás.- dijo ella.

-¿Conseguir el qué?.- pregunté confuso.

-¿Mi nombre?¿es lo que querías verdad?. Pues tendrás que conseguirlo a la siguiente hora.

-¿No estás en letras?.

- Para tu decepción, no. Estoy en ciencias.- respondió ella.

- Y...¿ sería muy imprudente pedirte una cita también?.- volví a preguntar yo.

- Veremos. Hasta la siguiente.- me dijo ella alejándose y señalándome la mano.

Esto al parecer iba a ser más difícil de lo normal. Pero apenas empezaba. Obviamente en clase no estuve atento, pensando en como lo lograría, tenía que conseguir a esa chica. Estaba hablando por notitas con mi mejor amigo Luck, y de pronto, se me ocurrió una idea. Puede que no sea lo suficientemente creativa, pero bastante creativa si es. Así que salí antes de clase, total, mi reputación como chico malo ya estaba hecha. Lo que hice fue escribir en un papelito: "¿me concederías el honor de tener una cita conmigo el sábado?". Tapé aquel papelito con muchos más encima, que los pegue delante de la columna de su clase. Y preparé otros dos papelitos más en los que pondría "si".
Cuando ella salió de clase, la llevé en frente de la columna.

-Daniel, ¿qué es todo esto?. - me pregunta ella confusa.

-Vaya, tu te sabes mi nombre pero yo el tuyo no, en todo caso espero saberlo pronto. Quita los papelitos.

-Dejas tus porquerías aquí, ¿y quieres que sea yo quién las recoja?.

-Tu solo quita los papelitos.- dije yo.
Ella empezó a quitarlos hasta que leyó el que realmente me interesaba.

-Bien, ahora una vez leído tienes 2 opciones. Aquí en cada una de mis manos tengo un papelito en el que pone si, y en el otro no. Dependiendo de lo que salga irás conmigo o no.

-No tengo mas elección, ¿verdad?. Escucha Daniel, ya me advirtieron te ti, y no quiero nada contigo.

-Tu solo escoge.- volví a decir yo.

Resopló, pero al fin escogió. Salió que si, como no. En realidad en los dos había un si. Pero no se lo iría a enseñar, sería una estupidez hacerlo, luego ya no vendría.

-Te recojo el sábado a las siete.- dije yo con una sonrisa en la cara.

Ella también la tenía, no podía evitar tenerla.

Todo esto fue la primera vez que la conocí, podría ser la típica historia, pero no lo es. Llegó un día en el que todo, absolutamente todo cambió. Pero bueno, ese día para vosotros aún no llegó, ya que antes que nada os contaré como pasó y siguió.

Siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora